PRETEMPORADA EN LA TRASTIENDA DE LA MODA
Los talleres trabajan en agosto. Mientras una colección se agota en las rebajas, los diseñadores crean la siguiente. El objetivo es septiembre. Gaudí en Barcelona y Cibeles en Madrid exhibirán las tendencias del verano 2003.
En medio de este inestable agosto, todos los diseñadores, jóvenes y consagrados, trabajan para las pasarelas de septiembre. En ese escaparate tienen puestas sus esperanzas y sus perspectivas comerciales. Para que todo funcione como un mecanismo de relojería, los creadores se encierran mientras el resto de los mortales disfruta del veraneo, rodeados de patrones, telas y dibujos con futuro.
Trabajar con un año de antelación no supone ningún problema para Miriam Ocariz (Bilbao, 1964). La diseñadora llega a las ocho de la mañana a su taller. 'Voy haciendo la colección sobre la marcha, lo normal es que una cosa me lleve a otra', asegura, mientras las cinco personas que trabajan con ella se mueven a su alrededor. Ocariz no es de esas creadoras que se deja llevar por las tendencias. Ella tiene ideas propias. Por eso no trata de cambiar todo de una temporada a otra. 'Aprendo mucho de las meteduras de pata. Lo normal es que algo que quedó pendiente de la anterior colección me lleve a la siguiente'. Ocariz debuta en esta edición de la Pasarela Cibeles, que se celebrará en Madrid entre el 10 y el 13 de septiembre, al lado de consagrados como Julie Sohn o Pedro del Hierro, despegándose de la jornada de los jóvenes. 'Es un reto muy importante porque al final tienes que demostrar que mereces estar ahí', aclara. Hasta ahora, sus diseños, de estampados espectaculares, se habían visto en Barcelona o en Madrid, en el apartado que las dos pasarelas dedican a los jóvenes, pero su manera de unir el dibujo con la ropa ha cautivado tanto a los críticos como al público. El dibujo y la serigrafía forman parte de la ropa que diseña esta creadora, licenciada en Bellas Artes y Diseño de Moda, carreras que realizó conjuntamente. Su objetivo es buscar 'el equilibrio entre la elegancia, lo contundente y lo delicado a base de pantalones rectos y prendas de líneas muy fluidas'.
Las pasarelas Cibeles y Gaudí han optado por acelerar la promoción de los nuevos creadores
Desde Bilbao, una ciudad 'manejable' que le permite ir andando a trabajar, Ocariz asegura estar 'desconectada' de la polémica que ha rodeado al frustrado intento de fusión en una pasarela única de los salones de Madrid y Barcelona, polémica que no se ha cerrado definitivamente y en la que ninguno de los primeros espadas de la moda española quiere entrar a fondo.
Ambas pasarelas han optado por acelerar la promoción de los nuevos creadores. Por una parte, en Barcelona se ha integrado dentro su Semana Internacional de la Moda el Circuit, donde se exhibe lo más vanguardista. En la madrileña Cibeles, la jornada de los jóvenes incluye nuevos nombres ya muy elogiados por la prensa especializada como David Delfín y Locking Shocking.
Pero ¿cómo está el mercado? ¿Qué pasa con la crisis? Pese a las diferencias de opinión, a la moda española las cosas no le van tan mal. Se habla de crisis y de recesión, pero los datos más fiables indican que, a pesar del deterioro en el mercado textil mundial, las exportaciones españolas de prendas de vestir se sitúan en un crecimiento del 11%. Los datos son del Centro de Información Téxtil y de la Confección, corroborados por el Icex (Instituto Español de Comercio Exterior), que apunta como cifra resumen de las exportaciones de 2001 la cantidad de 2.342 millones de euros. Hay que tener en cuenta que buena parte de esa cifra comercial se debe al éxito indiscutible y popularizado internacionalmente de firmas como Zara, Mango y Adolfo Domínguez. Este último, reponsable del invento afortunado de la arruga es bella, fue el primero en salir a Bolsa y uno de los primeros en poner en el mercado su segunda línea: U, de la que espera tener abiertas a finales de este año unas ochenta tiendas.
Para Adolfo Domínguez, que también fue en su momento precursor de los desfiles en Cibeles, los problemas de protagonismo entre Madrid y Barcelona no tienen solución. A su juicio, 'hay más formas de comunicarse con el público que la pasarela'.
Sin embargo, algunos diseñadores se siguen expresando en la idea de que debe existir una pasarela única, aunque a día de hoy eso sea una quimera de la que nadie quiere acordarse. Antonio Miró, un diseñador de referencia que recientemente ha vuelto a los salones parisinos, dice: 'Es una pena que no llegáramos a ningún acuerdo; la relación Madrid-Barcelona siempre ha sido una utopía. Personalmente, soy partidario de una solución salomónica (una edición en cada ciudad)'. Roberto Verino, a su vez, está convencido de que 'se debe dejar hablar al mercado'. 'En estos momentos de globalización sólo el mercado puede reunir la energía suficiente para solucionar, sin herir susceptibilidades, este complicadísimo problema. Es más, si hubiésemos dejado hablar al consumidor, ya sabríamos dónde situar esa pasarela'.
La idea de que el mercado manda no es ajena a ninguno de los protagonistas de la moda. Hasta los más jóvenes diseñadores, dentro de su natural fiebre creativa, entienden de esa necesaria imbricación de la industria, con la búsqueda de lo que se acepte en el inevitable y anhelado consumo.
Desde su fábrica de Ourense, donde vive recluido las últimas semanas, Verino aclara que, por encima de las polémicas, el talento acaba por abrirse paso. La referencia constante de su trabajo es la calle. 'A esa información le añado la que me suministran los tejidos, las emociones personales y el impacto de las últimas imágenes de las revistas de moda'. Lo que prueba que el ingenio y la creatividad del creador de moda, obligado a renovarse permanentemente, son los ingredientes básicos del éxito en la pasarela. Unos pocos minutos, los que dura un desfile, donde demostrar talento y oficio.
Del talento a la mirada interdisciplinar
David Delfín requiere de una inspiración concreta antes de ponerse a diseñar. Antes fue Bauhaus, ahora Buñuel y el surrealismo. Entre grafismos voluntariosos, Delfín, que en estos días ultima en su taller de Madrid su tercera colección, cree que en su nuevo trabajo están reflejadas sus obsesiones. Sobre el papel ha concebido pezones bordados y vendas envolventes. El modista malagueño, que llegó a la moda a través de la pintura, la danza y el teatro, usa la ropa 'para saltarse la galería' y como soporte posible de su propia obra pictórica. El viernes 13 de septiembre debuta en Cibeles, junto a otros noveles. Alejando Sáez de la Torre, responsable de la firma Por Fin!, estará también ese día en Cibeles con su segundo desfile dentro de la categoría de los jóvenes. 'Estoy un poco harto de la categoría juvenil. Por un lado hago ropa dirigida a los jóvenes, pero ¿quién pone el límite al tratamiento dado al diseñador? ¿Dónde está la juventud? En que tu ropa es joven, en que tu empresa es nueva o en tu edad. Tal apelativo puede llegar a ser peyorativo de cara a la clientela'. Sáez de la Torre no hace colecciones temáticas: 'Trabajo sobre el perfil del público y los tejidos, eso marca mi camino', asegura desde su taller valenciano. Otra de las novedades la explica el arquitecto Juli Capella, que preside el FAD (Fomento de las Artes Decorativas), cuya asociación se integra en septiembre en la Semana Internacional de la Moda de Barcelona, desde la perspectiva de promocionar el diseño de calidad y apostar por los más jóvenes, buscando 'una visión cruzada e interdisciplinar. Desde el FAD lo que queremos es comprometernos con la cantera'. Esta idea de Capella es fundamental para mantener el ritmo que pide la moda hoy en día, donde la emergencia de nuevos creadores debe corresponderse con un paisaje de referencias estéticas complejo hasta lo pintoresco y variado hasta lo babélico.
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