'Los contratos de las estrellas de Onda Cero están fuera de mercado'
Juan Kindelán dimitió hace dos meses la presidencia de Onda Cero y con su salida dejó todos sus cargos en la filial mediática de Telefónica, donde era consejero de Admira y de Antena 3. En la actualidad es vicepresidente de Marpetrol y Naviera Vizcaína, actividades alejadas de los medios de comunicación que le proporcionan una nueva perspectiva. Explica que su salida fue fruto de las discrepancias con el nuevo presidente de Admira, Pedro Antonio Martín Marín.
'Había sido invitado por César Alierta', recuerda Kindelán, 'a participar, junto con Luis Abril, en un proyecto empresarial y autónomo que consistía en reordenar y racionalizar las empresas agrupadas en Admira, la antigua Telefónica Media, con especial atención a Onda Cero y Antena 3. En eso estaba, con gran esfuerzo pero con ilusión, cuando en el horizonte de Admira apareció Pedro Antonio Martín Marín, una persona de perfil básicamente político, un comisario político -dicho sea en tono jocoso- que en mi opinión desvirtuaba el carácter empresarial e independiente del proyecto. Por eso decidí dejarlo'.
Kindelán examina también la 'absurda' situación de las estrellas en Onda Cero. 'Su fórmula funciona, -y no siempre, ahí está el caso de José María García- en términos de audiencia, pero no en términos económicos. El sector de la radio en España es poca cosa: apenas 480 millones de euros. Las empresas de este sector nunca podrán hacer rentable ese modelo, que es precisamente el más atractivo para las estrellas. El contrato de José María García estaba fuera de mercado y, en menor medida, también lo está el de Luis del Olmo'. Como presidente de Admira Sport, García cobraba alrededor de 12 millones de euros anuales. Para Kindelán, ambos comunicadores 'han vivido en un mundo artificial que acabará más pronto que tarde'.
Respecto a la polémica desatada tras el contrato de colaboración entre Onda Cero y El Mundo para realizar los informativos de la cadena afirma que nunca le gustó que directivos y colaboradores del rotativo que dirige Pedro J. Ramírez 'utilizaran Onda Cero para amplificar determinados temas de El Mundo cada día, entre otras cosas porque algunos de esos temas se habían tratado de forma insolvente y sesgada'. Asegura que en su día fue partidario de que Onda Cero recuperara la soberanía informativa 'que en cierta medida tenía cedida en un contrato bastante leonino pero fácil de desactivar'.
Kindelán cree que la colaboración entre Onda Cero y Antena 3 (empresa a la que fue traspasada la compañía radiofónica el año pasado) es positiva, pero entiende que es preciso 'adelgazar' cuanto antes Antena 3 'porque corre el peligro de anquilosarse envidiando la abundancia de medios de sus competidoras públicas'.
Sobre la situación de Admira, el ex presidente de Onda Cero sostiene que los actuales responsables de Telefónica se encontraron un grupo integrado por un montón de empresas heterogéneas 'mal compradas y peor gestionadas', cuyas actividades se alejaban de las telecomunicaciones y 'eran permanentemente apetecidas y mediatizadas por el poder político'.
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