Los vídeos digitales, amenaza para las TV en abierto de EE UU
Los nuevos reproductores permiten saltarse los anuncios
Los espectadores tienen un contrato tácito con las televisiones por el que se tragan la publicidad a cambio de no pagar por el resto de la programación. Así al menos piensan los directivos de las cadenas reunidos estos días con los críticos de prensa en Pasadena (California). Y por eso amenazan con cobrar a los usuarios una suscripción mensual si los nuevos vídeos digitales -que permiten saltar la publicidad, fuente de financiación para las que emiten en abierto- se extienden al ritmo que adelantan los informes del sector.
Las nuevas grabadoras digitales, una especie de vídeo sin cinta que ya se comercializa en Estados Unidos, registran las emisiones en un disco duro en el que llegan a caber hasta 100 horas de programación y permiten funciones mucho más complejas que los convencionales. El espectador escoge en un menú sus espacios favoritos y el aparato se encarga de buscarlos en la parrilla y almacenarlos. Permite, por ejemplo, grabar todos los episodios nuevos de una serie y evitar los que son repetición, o cualquier retransmisión de un determinado deporte en cualquier cadena o, entre todas las películas, las protagonizadas por Tom Cruise. El aparato se encarga de recopilar los programas y presentárselos al espectador en un sencillo menú.
Aún hay más diferencias con respecto a los reproductores convencionales. El espectador, por ejemplo, puede grabar un programa mientras está viendo otro almacenado en el aparato, o puede parar la emisión en directo de un espacio para atender, por ejemplo, una llamada telefónica en medio de un partido de fútbol; el vídeo digital continúa grabando la emisión para que el espectador pueda seguir viéndola desde el punto en el que la dejó. Es más: puede empezar a reproducir un programa antes de que haya terminado de grabarse por completo. Algunos modelos de última generación incluso facilitan que los usuarios intercambien programas de televisión a través de Internet.
Pérdida de ingresos
Todo esto ofrece una ventaja adicional: no hay más que pulsar un botón para saltar los bloques de anuncios, como hacen 90 de cada 100 usuarios de estos vídeos digitales. Esta función es una pesadilla para las televisiones en abierto, que perderán ingresos publicitarios a medida que los anunciantes descubran el número de espectadores que evita los spots con un botón del mando a distancia. 'Que la gente sea consciente de lo que pasará si hacen eso: los espectadores tendrán que pagar por ver los programas que ahora reciben gratis', ha advertido Jaime Kellmer, presidente de Turner Broadcasting. Leslie Moonves, presidente de la CBS, se inclina por anticipar un aumento de otras fórmulas publicitarias (como la colocación en primer plano de productos dentro de los programas, una fórmula que utilizan en España la mayoría de las series) a medida que desaparecen los anuncios convencionales.
Esencialmente, los vídeos digitales son ordenadores construidos para grabar televisión. En EE UU hay actualmente dos empresas que compiten con un producto semejante: TiVo y ReplayTV. Los primeros venden sus aparatos bajo las marcas Philips y Sony o incorporan su tecnología a los receptores de televisión digital por satélite; entre los accionistas figuran Disney o America Online. Su competencia, ReplayTV, tiene detrás a empresas como Macromedia o LucasArts.
El debate es profundo porque los vídeos digitales están condenados a revolucionar la manera en la que se ve la televisión; las previsiones del sector auguran que la mitad de los hogares de EE UU tendrá un reproductor de este tipo antes del año 2005.
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