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Tribuna:TOUR 2002 | La cuarta corona de Lance Armstrong
Tribuna
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¿Cuál es la mejor edad para el Tour?

Segunda edición del Tour de Francia, año 1904. Son los tiempos heroicos de la ronda francesa: sólo seis etapas, pero de unos 400 kilómetros cada una. Henri Cornet, vencedor final a una media de 25 kilómetros por hora, apenas tiene 20 años. En 11ª posición llega Paret, de 50 años. Dos casos extremos, pues la mayoría de los vencedores en la historia del Tour tenían entre 25 y 30 años cuando ganaron esta carrera. Algunos directores y preparadores aún afinan más: la edad ideal está entre 27 y 30 años. Antes, es demasiado pronto: 'El ciclista no está maduro', dicen, 'y si no se le lleva con tranquilidad le podemos quemar antes de tiempo'. Después, demasiado tarde. Algo así como si los 30 años fuesen como una barrera invisible, que marcase el comienzo del declive de un ciclista. ¿Qué dice la ciencia de todo esto? ¿Cómo afecta la edad al rendimiento?

El consumo máximo de oxígeno (abreviado VO2max) es la máxima cantidad de oxígeno que los músculos son capaces de utilizar para obtener energía. Además, es uno de los mejores indicadores del potencial de un ciclista. Algo así como la cilindrada de su motor. En ciclistas de alto nivel, este parámetro suele tocar su techo (que raramente supera los 80 mililitros por kilo de peso por minuto) bastante pronto, antes de los 25 años. O sea, que si es por cilindrada, no hay por qué esperar a los 26-27 años para ganar el Tour. Allí están los triunfos madrugadores de Fignon o Ullrich, vencedores del Tour con menos de 24 años, para demostrarlo.

Eso sí, para ganar el Tour no basta con tener un motor de alta cilindrada. También hay que tenerlo muy bien ajustado, para que se haga resistente a la fatiga y muy eficiente (es decir, que consuma la menor cantidad posible de combustible a altas velocidades). Y para eso es imprescindible haber acumulado muchos miles de kilómetros de duro entrenamiento (más de 35.000 por temporada). O sea, que si se quiere ganar antes de los 25, hay que empezar a entrenarse duro desde muy joven. Como Ullrich, de la escuela de la antigua Alemania del Este. El problema de empezar tan pronto es bien conocido: el ciclista puede quemarse antes de tiempo. Sobre todo, en el aspecto psíquico.

¿Y qué pasa en su organismo cuando el ciclista se va haciendo veterano? A partir de los 30 años, se acepta que el VO2max de los seres humanos va decayendo progresivamente: en un 10% por cada década de la vida. Este descenso del VO2max con la edad refleja una limitación en la máxima capacidad del corazón para bombear sangre -ya no es capaz de latir tan rápido como antes-, y una cierta pérdida de masa muscular. De todos modos, el declinar del VO2max es mucho menor (del 5% aproximadamente) en aquellos que siguen entrenándose duro a lo largo de los años. Así que al que tenía un VO2max de 80 ml/kg/min a los 22-23 años, todavía le quedan unos 76 ml/kg/min cuando pase la barrera de los 30 años: suficiente para ganar el Tour, en cualquier caso. En resumen: si es por cilindrada, la edad no es un factor realmente limitante.

Lo que más parece resentirse con el paso de los años es la capacidad de recuperarse de los esfuerzos. Aunque no se sabe exactamente por qué. Quizás tenga que ver el descenso progresivo que con los años sufren dos hormonas que aceleran el anabolismo (desarrollo) y la recuperación del tejido muscular después de las etapas: la hormona del crecimiento y la testosterona. Así que pasados los 30 hay que espaciar los entrenamientos duros, recortar el número de carreras por temporada, y seleccionar más los objetivos. Con estas premisas, el rendimiento máximo puede seguir siendo igual de bueno a los 35 que a los 25 años. Al menos en teoría. ¿Entonces, por qué los vencedores del Tour suelen tener menos de 30 años? ¿Por qué en el pelotón apenas hay ciclistas de más de 35 años? Más que en factores estrictamente fisiológicos, debemos pensar en la motivación y en la ilusión. Con los años, el ciclista puede perderlas gradualmente. Y sólo con un 100% de motivación se consigue sufrir hasta el límite, jugarse el tipo en las bajadas, o pasarse 100 días al año fuera de casa. En realidad, nunca es demasiado pronto ni demasiado tarde para ganar el Tour. Que en el deporte todo es posible hasta que no se demuestre lo contrario.

Alejandro Lucía es fisiólogo de la Universidad Europea de Madrid

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