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Arenas pide a los obispos vascos que respalden al cura con escolta

El párroco de Maruri, dolido con su prelado porque no le llama

El ministro de Administraciones Públicas, Javier Arenas, pidió ayer a los obispos vascos que 'respalden plenamente' al cura de Maruri (Vizcaya) y presidente del Foro El Salvador, crítico con el nacionalismo. Jaime Larrinaga se convirtió en el primer cura vasco al que Interior ha tenido que poner escolta. El consistorio de Maruri (PNV) buzoneó hace un mes a sus habitantes un comunicado en el que se le tildaba de 'nostálgico del franquismo', después de que el párroco dijera que vivía en territorio hostil.

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El alcalde de Maruri, población de 557 habitantes gobernada por el nacionalismo, se mostraba ayer 'alucinado' por la repercusión que había tenido el caso de Larrinaga. El peneuvista Joseba Alzaga aseguró con rotundidad que el motivo del buzoneo del comunicado, hace ya más de cinco semanas, había sido salir al paso de las manifestaciones 'erróneas' que aparecían en un reportaje periodístico en relación con el pueblo y defender 'el ámbito municipal'. Larrinaga indicaba en aquel reportaje que Maruri era un territorio hostil, con pintadas amenazantes y ambiente crispado.

El consistorio, por unanimidad, aprobó el 18 de junio un comunicado titulado Por qué buscar problemas donde no los hay, en el que, entre otras cosas, se decía que durante el franquismo 'la Iglesia era la Nacional Católica, la del brazo en alto, palio, Santa Cruzada, Caudillo por la gracia de Dios...', y se añadía: '...Se deduce que nuestro párroco es nostálgico de aquel régimen, felizmente desaparecido'.

Larrinaga, que asegura ser objeto de una campaña de difamación promovida por las 'altas esferas' de los partidos nacionalistas vascos -algo negado de manera categórica por el regidor de Maruri-, pidió ayuda por carta al Departamento vasco de Interior para que se le diera protección. Interior accedió a la exigencia, aunque el riesgo real de un atentado sea remoto según los expertos policiales en esa materia.

El portavoz del Gobierno vasco, Josu Jon Imaz, reiteró ayer que su compromiso 'es el de la protección de las personas y la prioridad, garantizar su libertad y seguridad', pero deslindó este asunto de la 'legítima crítica política'. Por contra, tanto Arenas como el ministro del Interior, Ángel Acebes, aseguraron que el caso del párroco de Maruri 'es un ejemplo más' y una 'certificación' de la 'política de exclusión a los no nacionalistas' que impera en Euskadi.

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Larrinaga, que ayer seguía al pie del cañón en su parroquia, en la que lleva ya tres décadas, se mostró dolido por el hecho de que el obispo de Bilbao, Ricardo Blázquez, no le ha llamado desde que lleva escolta. 'Eso me duele'. Portavoces del Obispado bilbaíno, que no quisieron valorar la situación creada con el cura, indicaron que Blázquez se encuentra en Canada y su obispo auxiliar 'de ejercicios espirituales fuera de Vizcaya'.

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