Los escándalos de la Iglesia católica en EE UU provocan un movimiento reformista
Los escándalos sexuales en la Iglesia católica han colmado la paciencia de miles de católicos de Estados Unidos, que se sienten traicionados, y este fin de semana han acordado promover un cambio estructural en la Iglesia. El movimiento de reforma, integrado mayoritariamente por laicos y fundado por un premio Nobel, reivindica el derecho a tener voz y voto en el destino de la Iglesia y al mismo tiempo exige responsabilidades a los obispos que 'encubrieron' a los pederastas.
Más de 4.000 miembros de los 19.000 que forman el movimiento reformista han ventilado su ira en una histórica convención el sábado en Boston, al final de la cual remitieron una carta al Papa pidiéndole que discipline a los obispos que durante años trasladaron a los pederastas de parroquia en parroquia. Asimismo, el grupo La Voz de los Creyentes se pronunció a favor de las investigaciones que en varias ciudades realizan grandes jurados federales para determinar si hubo obispos que incurrieron en delitos protegiendo a los abusadores sexuales.
Ante el silencio de la jerarquía eclesiática estadounidense a sus peticiones, los reformistas han adoptado como primera medida de presión el cortar las donaciones directas a las parroquias. En su lugar ha creado una institución sin fines de lucro que canalizará el dinero a las organizaciones caritativas, que habían dejado de recibir fondos víctimas de la ira de los feligreses contra la Iglesia.
'El principal problema de la Iglesia es el poder centralizado', afirmó el fundador de la Voz de los Creyentes, James Muller, cardiólogo ganador del Premio Nobel. Muller y el movimiento que encabeza quieren tener voz y voto en el proceso de decisiones de la Iglesia. Es, según afirman, una reforma ya contemplada en el Concilio Vaticano II, que desde entonces ha quedado pendiente.
El padre dominico Thomas P. Doyle tuvo el sábado palabras mucho más duras contra la institución a la que pertenece y a la que ya denunció hace 20 años por ocultar la pederastia. La Voz de los Creyentes dio un premio al padre Doyle por haber tenido el coraje de destapar la epidemia de pederastia en 1982, pero sólo consiguió que la Iglesia católica norteamericana lo enterrara y su carrera se hundiera. Se fue entonces al Ejército como capellán castrense.
Las principales metas del movimiento de reforma, formado por La Voz de Creyentes y otros tres grupos más pequeños, son: apoyar a las víctimas de abusos y a los sacerdotes que obran con integridad y estructurar la reforma de la Iglesia. Ésta incluye participar en la selección de los obispos. Han creado también una base de datos de sacerdotes pederastas.
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