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Los estadounidenses piensan que Bush defiende más a las empresas

El 57% cree que el presidente miente sobre la venta de acciones

Dos encuestas con resultados casi idénticos desvelan el creciente escepticismo de los estadounidenses hacia la política económica de George W. Bush. Dos terceras partes de la población creen que el presidente defiende, por encima de todo, los intereses de las grandes compañías. Al mismo tiempo, los sondeos le otorgan el nivel de popularidad más bajo desde los atentados del 11 de septiembre, aunque situado todavía en una cota histórica. Los estadounidenses desconfían de la recuperación económica, se alejan de las bolsas y creen que sus líderes ocultan datos de su propio pasado empresarial.

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Las encuestas castigan con dureza las propuestas de Bush para luchar contra los escándalos financieros, tras los sonados casos de WorldCom y Enron, e incluso muestran la sospecha ciudadana de que el plan está diseñado para proteger a las grandes compañías y no a los inversores y a los trabajadores.

Aun así, Bush se mantiene políticamente intocable en los niveles de aceptación. Las dos encuestas le otorgan una valoración entre la opinión pública que oscila entre el 70% y el 72%. Se trata del nivel más bajo desde el 11 de septiembre, cuando llegó a rozar el 90%, la cima patriótica tras los atentados. Aun así, ese 70% de aprobación popular es un nivel tan elevado que hace temblar a sus futuros contrincantes políticos.

Según el sondeo encargado por The Washington Post/ABC, el 54% de los estadounidenses cree que las medidas de Bush contra el fraude empresarial 'no son lo suficientemente duras'. El 48% piensa que el país se mueve en una dirección económica equivocada, frente al 42% que acepta como 'correcta' la política de Bush.

La encuesta hecha pública por The New York Times/CBS es algo más dura con la gestión del Gobierno. Dos de cada tres encuestados están convencidos de que el Ejecutivo tiene mayor interés por defender a las grandes compañías que a los ciudadanos. En el espectro político, esa percepción está dividida: la expresan más de un tercio de los republicanos, pero casi todos los demócratas. Aun así, unos y otros también opinan mayoritariamente que las grandes corporaciones ejercen demasiada influencia sobre Bush.

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El nivel de popularidad del presidente provoca datos contradictorios. El 57% de los estadounidenses creen que el presidente esconde algo o miente cuando se refiere a su gestión del pasado al frente de la compañía petrolera Harken Energy, en la que realizó transacciones personales oscuras (venta de acciones antes de que éstas bajaran en la Bolsa debido al anuncio de pérdidas). Sin embargo, el 71% de los encuestados creen que Bush es 'honesto y digno de confianza'.

El vicepresidente, Dick Cheney, obtiene unos resultados algo peores: el 23% de los encuestados cree que Cheney hizo 'algo nada ético' cuando estaba al frente de su propia compañía, la petrolera Halliburton, sometida a una investigación de la Comisión del Mercado de Valores por posible manipulación contable. A pesar de ello, Bush mantiene su confirnza en Cheney. El miércoles dijo estar convencido de que el vicepresidente 'no hizo nada incorrecto' durante sus años al frente de la empresa Halliburton y que espera que la investigación de la Comisión de Valores así lo confirme.

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