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NOTICIAS Y RODAJES

Gerardo Herrero sigue la pista de 'El misterio Galíndez'

El cineasta adapta la novela de Vázquez Montalbán

Jesús Ruiz Mantilla

N i siquiera nació en el País Vasco, pero murió, puede que devorado por los cocodrilos del Chivo Trujillo, sátrapa de la República Dominicana, por defender la causa del nacionalismo. Fue una de tantas batallas perdidas de Jesús Galíndez, agente doble, hasta triple; decidido antifranquista que sirvió al PNV en el exilio, pero colaboró con la CIA y el FBI en asuntos oscuros. 'Un héroe turbio', le define Manuel Vázquez Montalbán, que resucitó la historia desconocida de este personaje en una de sus novelas más celebradas, publicada en 1990, y que ha tenido más de tres novias para llevarla al cine, hasta que se ha casado con el proyecto de Gerardo Herrero.

El cineasta produce y dirige su obra más ambiciosa, El misterio Galíndez, basada en este libro. 'He meditado mucho la película', asegura. Y tanto. Se han hecho 11 versiones de un guión en el que han participado desde Rafael Azcona a Ángeles González Sinde y Luis Marías. Vázquez Montalbán ni entra ni sale. 'Cuando se ha creado en un código y se traduce luego a otro tipo de lenguaje, es mejor dejarlo en manos de los expertos', dice. Lo ha aprendido tras varias experiencias y batallas perdidas, este escritor del que se suelen hacer bastantes adaptaciones.

'La desaparición de Galíndez le costó cara a Trujillo', afirma Vázquez Montalbán

Ésta se va a hacer a todo trapo: 5,3 millones de euros de presupuesto, coproducción de varios países -Reino Unido, Francia, Canadá-; localizaciones en Cuba, Toronto y España; un reparto encabezado por Eduard Fernández, Guillermo Toledo, Saffron Burrows -Miss Julie, Deep blue sea- y probablemente Harvey Keitel. El primero será Galíndez y anda preocupado por el aspecto físico. 'Probablemente adelgace', asegura ante la foto que le muestra Vázquez Montalbán. Será un trabajo duro. 'Es un hombre en situaciones límite', dice Fernández, que tendrá que darle vida y muerte en su secuestro, acaecido en Nueva York en 1956 con la mano negra de Trujillo detrás, en su juicio de paripé y sus torturas insoportables.

La historia corre en dos tiempos. La de los años cincuenta y la de los ochenta. Ahí juega como protagonista Saffron Burrows, que hace de Muriel, personaje totalmente ficticio en esta obra, mezcla de documental e invención. 'Muriel llega a obsesionarse con Galíndez hasta llegar a la identificación total', cuenta Burrows en un español voluntarioso aprendido en tres semanas. Es ella quien decide aclarar, treinta años después, el misterio de una muerte de la que no se tuvo noticia en España porque era un personaje proscrito por el franquismo, pero que fue un escándalo en América Latina. Allí, las comunidades vascas montaron en cólera ante la desaparición del que era el representante del nacionalismo vasco ante organismos como la ONU y uno de los activistas que más a fondo jugaron contra el reconocimiento oficial del régimen de Franco en Naciones Unidas. Pero fue un crimen que costó caro a Trujillo. 'Se empeñó en hacer desaparecer las pruebas matando a quienes lo hicieron, entre ellos un piloto y un oficial estadounidenses. Eso le costó que los lobbies que le apoyaban en Washington dejaran de hacerlo y que perdiera a todos sus valedores hasta dejarle caer', relata Montalbán.

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Sobre la firma

Jesús Ruiz Mantilla
Entró en EL PAÍS en 1992. Ha pasado por la Edición Internacional, El Espectador, Cultura y El País Semanal. Publica periódicamente entrevistas, reportajes, perfiles y análisis en las dos últimas secciones y en otras como Babelia, Televisión, Gente y Madrid. En su carrera literaria ha publicado ocho novelas, aparte de ensayos, teatro y poesía.

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