'A la NBA voy por mi cabeza, no por mi físico'
Raúl López, cara de adolescente pero voz profunda, anunció ayer con una sonrisa reservada, de medio lado, que se marcha, por fin, a Utah Jazz. Al equipo de la NBA que la temporada pasada decidió, al escogerle en el puesto 24 del draft, que sería el mejor sucesor del legendario John Stockton. Un poco agobiado por la marejada que la noticia de su desembarco en Salt Lake City ha creado entre la prensa española, López, después de liberarse del corsé de la protocolaria comparecencia ante los medios junto a Jorge Valdano, el director deportivo de su antiguo club, el Madrid, de Javier Imbroda, el nuevo técnico del club blanco y de un representante del equipo de Utah, explicó algunas de sus primeras reflexiones sobre su aventura americana, que empieza hoy.
Pregunta. ¿Han sido estos los meses de más agobio de su vida?
Respuesta. La verdad es que no, ha sido bastante reposado, yo he querido estar al margen. Hubiese sido estúpido rehusar estar con gente como Stockton o Malone y merecía la pena la presión de la apuesta.
P. Pero usted no estaba convencido de valer para la NBA.
R. La verdad es que me costó mucho convencerme, yo no lo daba por hecho para nada. Tenía mis dudas, sobre todo por la lesión (estuvo lesionado desde el pasado mes de noviembre hasta mayo por una distensión de ligamentos) y luego poco a poco lo he ido viendo más claro.
P. ¿Pero qué fue exactamente lo que le dio el empujón?
R. Es que Utah me quería, me deseaba y eso te convierte en mucho más valiente, yo por mi sólo igual no me habría atrevido. Reconozco que han creído más en mi que yo mismo mi padre, mi representante y Alfred Julbe. Yo no lo veía tan claro.
P. Y ahora la conquista de EEUU, ¿asusta?
R. No quiero agobiarme pensando en lo fuerte que es EEUU. Desde pequeño oyes historias y ves películas, pero yo ya tendré tiempo de verlo todo en persona.
P. Pero Utah es un estado un poco especial, ya sabe, con las costumbres mormonas.
R. Sobre la ciudad he oído de todo, cosas buenas y cosas malas. Está claro que voy a hacer deporte, si fuera de juerga está claro que no eligiría Salt Lake City.
P. ¿Qué sabe del equipo?
R. Utah no ha caído muy bien, siempre han sido un poco los malos de la película, pero tiene dos de los 50 mejores jugadores de la historia del baloncesto (Stockton y Malone).
P. No se le cae de la boca el nombre de Stockton...
R. Hombre es mi modelo más cercano en el baloncesto profesional y si Utah me ha elegido es que piensan que puedo ser un buen sustituto de él.
P. ¿Pero es usted comparable con él?
R. Bueno, se me puede comparar con él aunque está claro que según llegue no voy a jugar como él. Lo cierto es que puedo aportar cosas como la velocidad, la inteligencia y la astucia que son parte del juego de Stockton (es posible, según anunció el representante de Utah, que el estadounidense se retire y no juegue esta temporada).
P. Entonces, ¿Es Raúl López el sustituto de Stockton?
R. A la larga puedo ser su sustituto definitivo, sí.
P. ¿No le asusta la competitividad del baloncesto NBA?
R. A ver, yo he llegado hasta aquí y eso no es fácil. Yo nunca me he dedicado a esto por el físico. Tengo ventajas, eso sí, como ser más rápido y ligero, pero lo que me ha llevado hasta la NBA es la cabeza. La diferencia en el juego está en la cabeza.
P. ¿Y las comparaciones con Gasol?
R. No tiene nada que ver, él es fundamental es su club y yo no lo voy a ser. Son dos equipos muy distintos y somos dos jugadores muy distintos.
P. ¿Y si no se adapta?
R. Me da un poco de miedo conocer una nueva cultura, otro idioma, compañeros nuevos. Pero mi reto es la NBA y todo es muy ilusionante.
P. ¿Quién le acompañará a la aventura?
R. Me voy con mi hermana y después ya veremos.
P. ¿Y qué se lleva en la maleta?
R. Música. Algo de los Red Hot Chilli Peppers y de leer un libro que me ha recomendado mi madre de Stephen King que dice que es muy bueno. También me llevaré los recuerdos de los compañeros del Madrid.
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