Zapatero reprocha a Aznar que plantee el debate como una 'segunda investidura'
El líder socialista dice que al presidente no le queda tiempo para recomponer su política antisocial
No vienen buenos tiempos para nadie en España; pero, desde luego, antes de que las cosas se tuerzan para los poderosos ya se han torcido para los débiles. El secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, hizo este resumen de situación en su intervención durante el debate sobre el estado de la nación. Junto a ello, reprochó al presidente del Gobierno haber planteado el debate como una 'segunda investidura', cuando ya no tiene 'ni credibilidad ni tiempo para hacerlo' al haber impuesto, dijo, una política 'antisocial y autoritaria', que ha perjudicado a la mayoría de los ciudadanos.
El líder socialista respondió con contundencia a las alusiones permanentes del presidente José María Aznar sobre sus posiciones 'radicales, de barricada y de pancarta'. Zapatero recordó que el pacto antiterrorista fue iniciativa suya y que en crisis internacionales está alineado con el Gobierno pese a 'los incumplimientos' del Ejecutivo que, según el dirigente socialista, toma iniciativas en temas sensibles, como el terrorismo y la justicia, por sorpresa y sin previa consulta.
'Usted ha cesado a medio Gobierno y esa es la prueba del fracaso de su gestión', señaló Rodríguez Zapatero. En esos dos términos 'fracaso y suspenso' resumen el secretario general del PSOE su opinión sobre la labor del Ejecutivo del PP en los dos años transcurridos de esta legislatura.
Además, Zapatero considera que el intento de José María Aznar, de plantear este debate como una 'segunda investidura', con reformas e impulsos en determinadas políticas no son ya posibles: 'Ya no tiene tiempo ni credibilidad para hacerlo', recalcó el líder socialista en un discurso inicial de casi una hora que tuvo un tono más contundente y brioso en la réplica, que logró entusiasmar a sus diputados.
El líder socialista centró una bueba parte de su intervención en las acusaciones al Gobierno de llevar adelante una política 'autoritaria, antisocial y antigua'. Esa política, dijo, provoca en la ciudadanía 'inseguridad' en todos los campos de la vida.
En su réplica a Aznar, Zapatero quiso contrarrestar la insistencia del presidente del Gobierno de arrinconarle en posiciones 'marginales, radicales, de pancarta y de barricada' y de apoyo a la huelga general del 20 de junio. Zapatero consiguió durante casi quince minutos el silencio de la Cámara cuando desgranó una serie de argumentos que avalarían su intención de ser leal en políticas de Estado.
Pacto por las libertades
'Le voy a recordar', insistió, 'que fue el PSOE quien propuso el pacto por las libertades y contra el terrorismo; tuvimos un tiempo de negociación pero la propuesta fue nuestra. No vino nadie con un documento para imponerlo sino que se discutió antes; ese debe ser el modelo que le pido'. Zapatero añadió: 'Aceptamos el Pacto por la Justicia por coherencia, porque llevábamos años pidiéndolo; y al día de hoy no le hemos recriminado algunos de los incumplimientos en materia de recursos presupuestarios; al día de hoy nada le he dicho sobre cómo se han producido los nombramientos en el Consejo General del Poder Judicial; al día de hoy nada le he dicho porque queremos una justicia moderna y eficaz para los ciudadanos'.
Frase a frase Zapatero fue subiendo el tono: 'Por lealtad seguimos aguantando incumplimientos, como el de hoy que ha hecho usted anuncios en Justicia sin haber consultado al PSOE; también hizo lo mismo al presentar la Ley de Partidos, un tema tan serio. Pero hablamos y conseguimos el acuerdo gracias a la paciencia del Grupo Socialista'.
El hilo conductor del discurso de Zapatero consistió en poner ejemplos concretos en el intento de justificar que las políticas de Aznar son antisociales y antiguas y que el estilo es 'autoritario'. La falta de diálogo fue el reproche fundamental y, todo junto, ha hecho que el Gobierno, en opinión del dirigente socialista, haya suspendido este curso. Como prueba irrefutable de ese suspenso, para Zapatero, ahí está la crisis de Gobierno que Aznar ha llevado a cabo la semana pasada. '¿Por qué ha cesado a ocho ministros o les ha cambiado de sitio? Esa es la forma de certificar el fracaso y por eso ha venido usted aquí a presentar una nueva investidura pero ya no tiene tiempo ni credibilidad', dijo Zapatero.
Credibilidad
El líder socialista formuló una serie de preguntas retóricas para poner de manifiesto que si la respuesta por parte del presidente no era afirmativa, entonces, no tendría credibilidad su nueva oferta de reformas: '¿ Va a cambiar el decretazo y lo va a retirar; va a hacer una nueva política universitaria; va a hacer una Ley de Calidad de la Enseñanza distinta y abriendo un período de negociación; va a cambiar su política de inmigración y abrir un pacto de colaboración y apoyo social con ayuntamientos y empresarios; va a hacer una política distinta de seguridad ciudadana'?.
José María Aznar se mantuvo callado en su escaño, pero a las preguntas se escuchaban voces de diputados del PP respondiendo 'no, no'.
Propuestas sobre la marcha
El líder del PSOE tenía una respuesta preparada para cuando Aznar le dijera que los socialistas no tienen alternativas: 'No se preocupe; ya las conocerá dentro de dos años, y verá cómo se aplica con una mayoría socialista'. Para alegría de buena parte de los diputados socialistas, Zapatero dedicó unos minutos a reivindicar la gestión de los gobiernos socialistas a los que atribuyó grandes reformas como la universalización de la sanidad,la educación y las pensiones. A continuación hizo algunas propuestas. La primera para bajar la inflación: 'Baje los impuestos y las tasas que subió en diciembre; actualice las tarifas del IRPF, que no ha hecho en tres años; liberalice los monopolios en energía y gas'. Después un ruego: 'Suba el salario mínimo'. Otra propuesta fue para la vivienda: 'Dedique el 40% del suelo del Ministerio de Defensa para hacer viviendas de promoción pública y alquiler y no las dedique a la especulación'. Zapatero respondió al presidente por utilizar un tono despectivo al comentar su participación en la manifestación del 20 de junio. 'Yo estuve en esa manifestación porque no tiro la piedra y escondo la mano; otros cuando eran presidentes autonómicos no descontaron el día de huelga a los funcionarios que participaron en ella'. Se refería a la huelga de 1988 en la que el presidente de Castilla y León, Aznar, no descontó la jornada a los huelguistas
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