Aviones militares para vigilar la fiesta del 4 de julio
No hay amenazas concretas y no existen informaciones solventes que aumenten el riesgo de atentados durante la jornada de hoy, día de la Independencia en Estados Unidos. Sin embargo, los medios de comunicación repiten tanto estas afirmaciones que han llegado a convertirlas en un recordatorio constante de la inseguridad con la que este país convive desde el 11-S. A lo largo del día -festivo y de especial significado patriótico-, patrullas de aviones militares sobrevolarán Washington, Nueva York y otras ciudades de EE UU.
El mayor nivel de seguridad se desplegará en el centro de la capital. Los jardines del Nacional Mall reciben cada 4 de julio a decenas de miles de personas que convierten el parque en una inmensa zona de picnic que permite contemplar los fuegos artificiales que cierran el día de la Independencia.
Este año, el Mall (situado al borde de los jardines de la Casa Blanca) está vallado para evitar que nadie pueda entrar sin haber pasado antes por alguno de los 24 controles policiales. Todos los visitantes y todo el material que lleven al parque deberá pasar por detectores de metales, armas y explosivos. Cuatro mil agentes de policía (el triple de los que solían trabajar durante el 4 de julio) prometen revisar hasta la última coca-cola de la última nevera portátil.
Las estaciones de metro que atraviesan el parque quedarán cerradas al público. Los usuarios que viajen en el metro durante los festejos deberán pasar también por detectores de explosivos. Además, Washington estrena hoy una red de cámaras cuya instalación irrita a los defensores de los derechos civiles.
El portavoz de la Casa Blanca, igual que hace el presidente en los últimos días, ha pedido a los estadounidenses que celebren su festividad con una tranquilidad prudente. 'Que nos dejen la preocupación a nosotros', decía Ari Fleischer.
