Un gran yacimiento de sepiolita obliga a reforzar las nuevas pistas del aeropuerto
AENA deberá verter 40 millones de metros cúbicos de tierra compactada
La ampliación de Barajas, una de las mayores obras civiles de Europa, se ha topado con un problema de grandes dimensiones. Según un informe de dos expertos en geología y mineralogía, bajo el subsuelo de una de las futuras nuevas pistas del aeropuerto se esconde uno de los 'mayores yacimientos de sepiolita de España'. La sepiolita es un material muy poroso que obliga a cimentar a enorme profundidad cualquier obra que se levante sobre él. Para solventarlo, AENA verterá sobre los terrenos destinados a las dos pistas 40 millones de metros cúbicos de tierra compactada para así tapar la sepiolita. El volumen vertido equivale a una montaña de una hectárea de base y 4,5 kilómetros de altura.
El estadio de La Peineta, en San Blas y levantado a menos de 10 kilómetros del aeropuerto de Barajas, fue construido en 1992. La obra resultó muy complicada porque se erigió sobre un yacimiento de sepiolita, material que se emplea en la construcción por sus características absorbentes. Por eso, hubo que modificar el proyecto original y pilotar a 40 metros de profundidad (seis millones de euros de presupuesto extra) para sostener con seguridad el estadio. 'El caso del aeropuerto es diferente', señalan fuentes técnicas. 'Mientras un estadio puede moverse algo sin poner en peligro su estabilidad, las pistas de un aeropuerto no pueden oscilar nada. Un bache, una grieta, una pequeña variación en sus ángulos pueden tener consecuencias irreparables', explican los expertos consultados.
Para solventar el problema, según admite el director del Plan Barajas, José Manuel Hesse, se deberá reforzar con tierras compactadas la superficie sobre la que se construirán las pistas. Se extraerán del cercano cerro de Picamijo y se extenderán hasta alcanzar un volumen de 20 millones de metros cúbicos. Pero este reforzamiento elevará lógicamente la altura de la pista. Como las dos nuevas pistas deben tener el mismo ángulo por razones de seguridad, AENA tendrá que echar otros 20 millones de metros cúbicos para equilibrarlas. Resultado: 40 millones de metros cúbicos de tierra vertidos.
4,5 kilómetros de altura
Los trabajos serán de tal envergadura que sólo su comparación con las obras del túnel para el tren de alta velocidad a Valladolid -una doble galería de 25 kilómetros de longitud bajo el Guadarrama- da idea de su volumen. Bajo la sierra se extraerán 10 millones de metros cúbicos de tierra y arena para que el tren pueda atravesarla, es decir, cuatro veces menos de lo que se necesita para reforzar las pistas de Barajas. Si se levantase una montaña con las tierras que se necesitan para reforzar las dos nuevas pistas, ésta tendría la base de un estadio de fútbol y 4,5 kilómetros de altura.
En 1992, el Consejo de Ministros acordó ampliar el aeropuerto porque se había quedado pequeño ante las expectativas de crecimiento aéreo. Se necesitaba aumentar el número de pistas de dos a cuatro y levantar una nueva terminal. El presupuesto, tras diversas modificaciones siempre al alza, se situó en unos 1.800 millones.
Pero pronto surgió una duda: ¿sería el terreno de Barajas adecuado para levantar sobre él dos enormes pistas y una nueva terminal de pasajeros? Desde hace una década, las empresas Minersa y Sepiolsa explotan en el lugar exacto donde se sitúa la cabecera de una de las futuras pistas (la 15L-33R) una mina de sepiolita llamada Belén. Reclaman casi 240 millones de euros por los derechos de explotación que perderán al construirse las nuevas infraestructuras, ya que la mina -con sus vibra-ciones- es incompatible con los vuelos.
Fomento encargó entonces un estudio a Santiago Ley, catedrático de Mineralogía de la Autónoma, y a Luis Ignacio González de Vallejo, catedrático de Ingeniería Geológica de la Complutense, para conocer la dimensión exacta del yacimiento. Su informe es concluyente: es de 'enormes dimensiones', tanto que puede ser considerado uno de los mayores de España. González de Vallejo detalla que, además, es 'de una gran riqueza y calidad'.
Como sobre la sepiolita no se puede edificar con las técnicas tradicionales, a los constructores sólo les quedan dos soluciones: pilotar a gran profundidad o sacar la sepiolita y emplear un 'relleno compactado'. Han encontrado la colina de Picamijo para extraer la tierra. Si le quitan 40 millones de metros cúbicos quedará reducida a una llanura.
PSOE: 'Los costes se dispararán'
El diputado regional socialista Modesto Nolla cree que la solución adoptada por el Ministerio de Fomento para solventar el problema de la existencia de una gran mina de sepiolita bajo las dos nuevas pistas conlleva muchos inconvenientes. El primero es que se dispararán los costes de las obras. 'Si el Ministerio de Fomento hubiera tenido desde el principio en cuenta que allí había una mina de sepiolita en explotación, habrían elegido otra ubicación para ampliar el aeropuerto, porque ahora hay que desembolsar 480 millones de euros a los mineros dada la magnitud del yacimiento para resarcirles por los daños causados'. José Manuel Hesse, director del Plan Barajas, lo niega. 'Siempre hemos sabido que allí había un yacimiento de sepiolita. Sólo se pagará la mina en funcionamiento, no las expectativas. El interés de una infraestructura como el aeropuerto, tal y como han confirmado los juzgados en varias sentencias, se antepone a los derechos mineros, y la Comunidad de Madrid no va a dar ningún nuevo permiso de explotación'. Por su parte, tanto Minersa como Sepiolsa, las dos empresas afectadas, no han respondido a las llamadas de este periódico para conocer su versión de los hechos. Según Modesto Nolla, la extracción de las tierras de la colina de Picamijo no está incluida en la declaración de impacto ambiental que permite la ampliación del aeropuerto de Barajas. 'No entiendo nada', dice el parlamentario socialista. 'Este cambio de planes tendría que obligar a redactar una nueva declaración de impacto. Mover 40 millones de metros cúbicos de tierra no es cambiar de lado una carretilla'. Hesse afirmó el pasado jueves que las obras de ampliación de Barajas están perfectamente detalladas en la declaración medioambiental. Por eso, el pasado jueves el Consejo de Administración de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA) adjudicó la construcción de la pista afectada por la mina Belén. Según informó AENA, la adjudicatarias fueron las empresas ACS, Proyectos Obras y Construcciones, Obrascón Huarte Laín y Sacyr, por un importe de 222 millones de euros. Nolla sostiene que el proyecto, a la vista de las dificultades técnicas, se disparará al alza: 'Habrá, seguro, modificaciones'. Pero Hesse disiente. Asegura que todo está perfectamente calculado y que la obra no incrementará su precio.
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