Bruselas amenaza con adoptar medidas contra Francia y Portugal por su elevado déficit
París y Lisboa admiten que sus previsiones se han visto desbordadas
Todavía viva la agria polémica desatada la pasada semana sobre las dificultades de varios países de la Unión Europea para cumplir el Pacto de Estabilidad en el año 2004, Bruselas amenazó ayer con adoptar medidas contra Francia y Portugal porque ambos países reconocen desviaciones de déficit más elevadas que lo inicialmente previsto. El caso portugués es el más grave, porque Lisboa admite ahora que en el ejercicio 2001 ya superó en casi un punto (3,9%) el máximo del 3% del producto interior bruto (PIB) fijado en el Pacto de Estabilidad.
Pero el francés tendrá lógicamente una consecuencia mucho más negativa que el portugués para el conjunto de la economía europea. 'Si se confirma la información del Gobierno portugués, la Comisión tendrá que abrir el procedimiento de déficit excesivo', comentó ayer Gerassimos Thomas, portavoz del comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes.
De acuerdo con ese procedimiento, la Comisión elevará al Consejo de la UE un informe sobre la situación presupuestaria en Portugal y, si el Consejo determina que existe 'déficit excesivo', el Ejecutivo comunitario también elaborará un informe con 'recomendaciones concretas' para que Lisboa las aplique en este mismo ejercicio.
El anuncio de tan desagradable sorpresa en Portugal, cuyo déficit en 2001 fue calculado por la Comisión en un 2,75%, ha sido hecho por el primer ministro portugués, José Manuel Durão, ganador de las elecciones el pasado marzo, quien citó como fuente un informe del Banco Central Europeo (BCE) y de paso trasladó la responsabilidad al anterior Gobierno portugués dirigido por el socialista António Guterres.
Auditoría
Pero más preocupante es la noticia de París. Una auditoría del Estado concluyó ayer que este año el déficit francés se situará entre el 2,3% y el 2,6%, lo que en términos del Tratado de Maastricht se traduce entre un 3% y un 3,2%. El repaso de la contabilidad estatal también fue encargado por el actual primer ministro francés, Jean-Pierre Raffarin, para conocer la situación heredada del anterior Gobierno socialista dirigido por el socialista Lionel Jospin.
Con ese dato en la mano, la Comisión también advirtió ayer que tiene que plantearse la posibilidad de dirigir oficialmente contra París un aviso o 'alerta temprana' como el que lanzó a comienzos de año contra Alemania y Portugal por idéntico motivo. Los ministros de Finanzas cambiaron en febrero esa advertencia por un compromiso de Lisboa y Berlín de que no superarían el límite del 3%, pero en el caso portugués la promesa ya no tiene fundamento. En el caso francés, la situación es más complicada porque la derecha gobernante insiste en cumplir su promesa electoral de reducir en un 5% la presión fiscal, por lo que el déficit aún se disparará más si no hay un complicado y drástico recorte del gasto.
Semejantes jarros de agua fría caen sobre Bruselas cuando sólo ha transcurrido una semana desde que los ministros de Finanzas (Ecofin) alcanzaron en Madrid un difícil acuerdo para aprobar en la cumbre de Sevilla las Grandes Orientaciones de la Política Económica, en las que se insistía en el objetivo de lograr el equilibrio presupuestario en 2004.
Lisboa reconoció su incapacidad al respecto y sólo se comprometió a acercarse a ese objetivo, mientras Francia lo condicionó a tener un crecimiento del 3% en los dos años anteriores, algo que hoy parece impensable.
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