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CONTESTADOR AUTOMÁTICO DE EL PAÍS-MADRID
Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Cifras idiotas sobre la huelga en Madrid

- Indignación. 'Les telefoneo indignado por la idiotez que implican las cifras dadas por las autoridades sobre la manifestación celebrada en Madrid el 20 de junio', dice Ángela. '¿Cómo se puede considerar idiotas a las 300.000 personas asistentes? ¿A qué ceremonia de la confusión ha obedecido tanta falsedad oficial en torno a las cifras de participación?', se pregunta.

- España real, España oficial. 'Lo sucedido el 20-J, a propósito de la información oficial sobre la huelga general, demuestra que, otra vez, la España real y la España oficial no tienen nada que ver', protesta Augusto. 'Ese divorcio mostrado por la masiva protesta en la calle y la altanería gubernamental que la ignoró me parece inquietante; yo era de los que creían que las libertades que tanto esfuerzo -y mucha sangre también- nos costó adquirir estaban definitivamente aseguradas; pero, como la verdad nos hará libres, según la máxima evangélica, tanta mentira como la que hemos oído estos días nos va a hacer otra vez, lógicamente, esclavos', concluye.

- Contra los despidos. 'Protesto con todas mis energías por los despidos realizados en Coslada tras la jornada de huelga general del 20-J', exclama Pedro. 'El derecho a la huelga es constitucional, y quien lo ejerce ha de verse amparado por la ley, no perseguido por ella', añade con un punto de indignación.

- Suciedad en la plaza de Oriente. 'Me parece inadmisible que una plaza tan emblemática de Madrid como la de Oriente, frente al Palacio Real, se encuentre hecha una pena en sus viales, caminos de arena y otros lugares', dice una lectora de nombre Constanza. 'Recuerdo a los responsables de su limpieza que, cada día, miles de personas de los cinco continentes la visitan, y que esa plaza es el escaparate de su futuro recuerdo sobre Madrid y sobre España. Por ello', añade, 'el que la plaza, bellísima por cierto, se encuentre sucia, llena de papeles y con sus caminos a falta de lo más elemental, la arena, es un síntoma de que las cosas no van bien en absoluto'.

- Sancionar el estruendo. 'Es prácticamente imposible hallar en Madrid un solo operario de empresas de carga y descarga que no haga ruido durante el desarrollo de su cometido en la vía pública', se queja Delfín. 'Pero no sólo ruido, sino verdadero estruendo. Es una falta de respeto a los demás tan grande que esos golpazos gratuitos, esa arbitraria marabunta de gritos, chirridos, pitidos y otras manifestaciones de barbarie no pueden quedar impunes y deberían ser sancionados con multas que nadie impone aquí'. Y agrega: 'Me gustaría que esos operarios asistieran, por ejemplo, al intento de conciliar el sueño de un hijo suyo pequeñito, de meses, en medio de un estruendo similar al que ellos generan a todas horas'.

- Cláxones agresivos. 'Rogaría a los automovilistas que únicamente utilizaran el claxon para casos realmente graves o de urgencia', reclama Paula, 'porque hay personas mayores, como mis padres, ya jubilados, que acostumbran pasear la ciudad cogidos de la mano con gran serenidad, que se alteran mucho cuando escuchan a los automovilistas agredirles de esa manera. Lo digo porque cuando regresan a casa de uno de sus paseos, si es que han tenido la desdicha de ser claxoneados, se pasan la jornada entera intranquilos y sufriendo, incluso llegan a llorar juntos. ¡Por favor, no utilicen el claxon para amedrentar a las gentes de bien!', ruega.

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- Sin fuentes públicas. 'No sé qué es lo que sucede con las fuentes públicas en Madrid', reflexiona Mario, 'pero no hay una sola que funcione. Soy diabético y sufro de accesos agudos de sed', explica. 'Al mismo tiempo, necesito pasear para quemar azúcar. Entonces, cuando voy por las calles o parques de Madrid, tras caminar intensamente, no tengo posibilidad de beber un simple trago de agua a no ser que me arriesgue a meterme en un bar y pida, de gorra, un vaso de agua. Como contribuyente, creo que tengo derecho a poder beber gratis agua de la fuente, que para eso Madrid alardea de tener un agua de calidad excelente', subraya este ciudadano.

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