Cascos arremete contra el 'error' de Arenas de usar sondeos para elegir candidatos del PP

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, arremetió ayer sin concesiones contra los métodos de trabajo de su sucesor en la secretaría general del PP, Javier Arenas. El ex vicepresidente y ex número dos del PP durante 11 años cuestionó en el Congreso públicamente 'el error muy grande', la 'broma' y 'la originalidad' de su partido en Madrid al encargar una macroencuesta para sondear las posibilidades de un abanico de candidatos a la alcaldía de la capital. Cascos entiende ahora que ese tipo de trabajos externos 'desmotiva' a los militantes y reclamó más esfuerzo ante las próximas municipales y autonómicas, incluso para 'condicionar' el sucesor de José María Aznar.

El equipo que rodea a Arenas en el PP salió en tropel en el Congreso a precisar que los sondeos, 'tanto antes como ahora', nunca han servido para determinar un candidato sino como 'meros instrumentos de trabajo'. Pero tras esas declaraciones públicas pactadas del propio Arenas, Rafael Hernando, el portavoz oficial del partido, y Pío García Escudero, el responsable de organización y presidente precisamente en Madrid, se intentó ocultar una evidente sensación de desconcierto. Nadie fue capaz de dar una explicación congruente al enfado por sorpresa de Cascos; aunque tampoco es la primera vez que enfila a Arenas en sus críticas. Ya lo hizo en los prolegómenos del pasado XIV congreso nacional del PP, también aparentemente por aspectos formales que esconden una divergencia de fondo.

Cascos compareció en la mañana de ayer ante la Comisión de Infraestructuras del Congreso. A la salida habló con los periodistas y ya anticipó algunas de sus principales quejas por el sistema de funcionamiento electoral sobre la base de lo que dicen los sondeos. El problema fue que no había grabadoras. Uno de los periodistas presentes de una televisión le comentó a Cascos, ya por la tarde, su pesar porque no disponía de la grabación de sus declaraciones. Cascos le dijo que no se preocupara porque en cuanto saliera del pleno le repetía sus manifestaciones ante la cámara. Y así lo hizo, incluso con más extensión.

Fue entonces cuando Cascos calificó de 'error muy grande', 'broma' y 'originalidad que sólo se da en la organización de Madrid' que su partido estuviera manejando encuestas para resolver el dilema de su candidatura al Ayuntamiento de Madrid. El ministro admitió que cuando él fue durante 11 años secretario general del PP también sufragó muchas encuestas, pero jamás para nominar a un candidato sino para 'valorar gestiones, alternativas o consultar temas puntuales'. Cascos retomó sus propuestas del pasado congreso del PP de una teórica mayor apertura a las bases en temas tan trascendentes como la sucesión de Aznar. En esa línea, Cascos ahora considera que 'para elegir candidatos, el partido y sus militantes son insustituibles'.

Cientos de encuestas

Fuentes de la dirección nacional del PP no comprendieron la actitud de Cascos, pero sí aprovecharon para subrayar que en su época de máximo dirigente del partido pagó cientos de encuestas y no se significó precisamente por sus comportamientos a favor de una mayor participación de las bases.

Públicamente, Arenas, Hernando y García Escudero intentaron ofrecer la imagen de que secundaban las ideas del veterano ministro. García Escudero sí quiso precisar que la encuesta la encargó la dirección nacional del partido y no él, y que era 'ingenuo' pensar que un candidato se descifraba de esa manera.

Pero la diatriba de Cascos se amplió al estilo cada vez más imperante de preocupación por las cuestiones de imagen en las cúpulas de los partidos y también del PP: 'Empezamos eligiendo candidatos en las encuestas, seguimos encargando el programa de Gobierno a un gabinete de estudios y terminamos organizando las campañas electorales con una campaña de imagen, y al final los militantes nos tendrán que devolver el dinero de las cuotas porque el partido no hace su trabajo'.

Cascos lanzó otros avisos sobre cómo y cuándo debe abordarse el debate de la sucesión de Aznar, un asunto en el que quiere recuperar el protagonismo perdido; no quiere distraer ahora medios ni esfuerzos en ese cometido porque lo que reclama, desde su 'experiencia', es mayor dedicación ante las elecciones autonómicas y municipales de dentro de un año. Cree que son muy relevantes. Y demanda más estrategia con ese objetivo. El ministro consideró que el resultado de esos comicios 'condicionará' la elección del sustituto de Aznar para las próximas generales. El único aspirante del PP que tiene un papel designado ante esas elecciones es Jaime Mayor Oreja.

Los dirigentes socialistas siguieron con la máxima expectación esta trifulca interna en el PP, con la esperanza de que esa división favorezca a sus candidatos en Madrid, Trinidad Jiménez a la alcaldía, y Rafael Simancas a la comunidad.