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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

La semilla de Sevilla

La semilla de una política común de asilo e inmigración ha quedado sembrada en el Consejo Europeo de Sevilla, desbloqueando una necesidad que países como Francia o Alemania habían venido obstaculizando desde 1999. Por lo demás, Sevilla ha sido una cumbre bastante huera, que no ha servido para resolver ninguno de los grandes problemas que tiene ante sí la UE, como la ampliación y la reforma institucional.

ETA quiso utilizar este escaparate mediático para marcar su presencia con cinco atentados en dos días en diversas partes de la geografía española. Lo que consiguió la organización terrorista es una expresión de solidaridad de los Quince con España, y realzar la declaración en la que se reitera que la lucha contra el terrorismo 'incluye todas las políticas europeas'.

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Política de inmigración. La lucha antiterrorista, y no la inmigración, era una de las prioridades del semestre español, pero, tras el susto de Le Pen en Francia y otros resultados electorales favorables a los movimientos xenófobos, Aznar la introdujo en la agenda de Sevilla, con una posición sumamente dura: la de tomar medidas de castigo contra los países que no colaborasen en la persecución de la inmigración ilegal. Afortunadamente, Chirac, junto con otros países que consideran tal política contraproducente, la suavizó, y la presidencia española adaptó las propuestas en positivo. El resultado es que este Consejo, ya dominado por Gobiernos de derecha, incorpora, junto a factores de ayuda y cooperación, elementos amenazantes para Estados pobres que a menudo ni siquiera controlan su propio territorio. La agenda de la UE para construir esta política común se propone empezar con los planes globales contra la inmigración ilegal y la gestión de las fronteras exteriores. La Comisión Europea tuvo que recordarles a los Quince que en 1999 suscribieron acuerdos por los que se comprometían a acercar los derechos de los inmigrantes legales a los de los ciudadanos europeos. Está por ver la lectura de los resultados de Sevilla que hace el Gobierno de Aznar -que no llena los cupos de inmigración legal, mientras la ilegal aumenta no sólo por que hay oferta, sino también demanda- para cambiar su ley, e introducir en la UE visados para más países de América Latina.

La ampliación, pendiente. Ante el reto histórico que tiene la UE, la presidencia española ha trabajado técnicamente con ahínco, pero ha faltado impulso político ante el condicionante de las elecciones en septiembre en Alemania y Suecia, dos contribuyentes netos a las arcas comunitarias. Los Quince se han comprometido a lograr en noviembre una oferta en materia de ayudas agrícolas directas y de presupuestos que presentar a los 10 candidatos en liza, y a cerrar las negociaciones antes de que termine el año, en la cumbre de diciembre en Copenhague, la misma ciudad donde nueve año atrás se fijó el marco de la ampliación. Se cumpliría así el objetivo de firmar los acuerdos de adhesión en 2003 y consumar la ampliación en 2004. Pero, hoy por hoy, sigue siendo un 'objetivo', pues el proceso de ampliación está paralizado por los problemas internos de la UE.

Reforma superficial. Las reformas del funcionamiento del Consejo Europeo y del Consejo de Ministros, que no requieren cambios en los tratados, se han quedado en poca cosa en Sevilla. Las otras, más profundas y necesarias, habrán de esperar a que concluya la Convención que las prepara y la posterior Conferencia intergubernamental. Han aparecido divisorias claras entre pequeños y grandes, y diferencias sustanciales entre estos últimos sobre las grandes reformas institucionales a acometer para que la UE ampliada pueda funcionar. En Sevilla se decidió que las conclusiones de la presidencia habrán de ser cortas. Pero no esta vez, en que se produjeron 42 páginas de trabajosa lectura.

Componenda irlandesa. Resulta algo vergonzante que se haya tenido que aprobar una declaración ratificando la neutralidad irlandesa para favorecer el al Tratado de Niza en un segundo referédum en el otoño, tras perderse el primero. Este tipo de manipulación no favorece la credibilidad democrática de la UE. Y hay que prevenirse: si los irlandeses vuelven a rechazar el Tratado, será prácticamente imposible cumplir el calendario de la ampliación.

El escollo turco. Tampoco se ha logrado superar las objeciones que plantea una Turquía ofuscadamente 'precandidata' para que la UE tenga acceso a los medios de la OTAN, aunque los europeos asumirán las labores policiales en Bosnia-Herzegovina, y siguen con sus planes de encargarse de las tareas militares que cumple la OTAN en Macedonia. La Política Exterior, de Seguridad y de Defensa Común sigue dando pasos, y apoya el rápido lanzamiento de una conferencia internacional sobre Oriente Próximo. La presión europea es importante. Por desgracia, las cartas están en manos de Bush, Sharon y los palestinos.

Chirac, ganador. Sevilla ha puesto de relieve que Francia, tras las elecciones, está recuperando su protagonismo internacional y europeo. Chirac, ya sin cohabitación, ha sido el gran triunfador al imponer sus tesis en tres ámbitos centrales: la inmigración, las reformas institucionales y la economía, al ganar tiempo para cumplir el objetivo del déficit cero pactado en el Plan de Estabilidad.

El foro paralelo. El Foro Social de Sevilla logró reunir a decenas de miles de participantes en la manifestación de ayer, poniendo de relieve, una vez más, que la UE, el primer donante de ayuda exterior del mundo, tiene un problema serio de imagen al haberse convertido en objeto de las protestas de los antiglobalizadores. No les falta razón: en Sevilla se ha vuelto a notar que a esta Unión Europea le falta alma.

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