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LAS CONSECUENCIAS DEL 20-J

El Gobierno renueva su oferta de dialogar con los sindicatos pero sin precisar cuándo

Cabanillas: 'Queda camino por recorrer si todos queremos seguir trabajando por el pleno empleo'

El Gobierno vivió ayer en Sevilla la resaca de la jornada de huelga del 20 de junio y ése fue el motivo alegado por los portavoces para justificar que el presidente José María Aznar, 'dedicado exclusivamente a su tarea de presidir el Consejo Europeo', no hiciera ninguna valoración del desarrollo de la jornada de huelga. El ministro portavoz, Pío Cabanillas, reiteró, sin embargo, que el Gabinete sigue abierto al diálogo con los sindicatos, aunque no precisó cuándo ni cómo piensa plantearlo. El vicepresidente Rodrigo Rato afirmó, por su parte, que la próxima semana no verá a los sindicatos.

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'De la misma forma que con anterioridad al 20 de junio expresamos nuestra voluntad de mano tendida, de recomposición del diálogo social, volvemos a repetirlo ahora', dijo Cabanillas. 'Por nuestra parte, seguimos teniendo la misma actitud que hasta ahora: el diálogo social ha sido un éxito, y si todos queremos seguir trabajando por el pleno empleo, queda camino por recorrer. Nosotros lo vamos a ir andando, y esperamos que con el consenso de todos, pero para dialogar hace falta dos', añadió.

Pero cuando se le preguntó qué piensa hacer en concreto el Gobierno para retomar ese diálogo, el ministro se limitó a responder, en dos ocasiones, que el tema de ayer era la cumbre de Sevilla y que no tenía intención de comentar otros asuntos.

Hay que deducir del tono general de sus declaraciones que el Ejecutivo toma aún menos en consideración que antes la petición de los sindicatos de que retire su proyecto de reforma del subsidio de desempleo. El ministro portavoz reitera que el ejercicio de la acción de Gobierno debe responder ante todo al programa electoral y al mandato de los electores.

Cabanillas insiste, además, en que el Gobierno ha ganado el pulso de la huelga y se niega a concretar si será el Ejecutivo quien tome la iniciativa de convocar a los sindicatos o, por el contrario, esperará a que éstos den el primer paso.

'Creo que hay motivos para que se abra un periodo de reflexión entre los socialistas y en los sindicatos, y no sólo por la huelga sino por muchas actitudes que han mantenido en los últimos tiempos', dice, tras comentar que ' Zapatero es muy libre de acudir a las manifestaciones que quiera, pero su apoyo a la huelga no parece responsable'.

Cabanillas reafirma al día siguiente de la jornada de protesta la validez del diagnóstico que hizo a primeras horas de la mañana de la víspera, cuando la huelga apenas había comenzado. 'La huelga no puede calificarse como general, y su seguimiento fue muy inferior al de las huelgas anteriores. Podemos calificarlo de muy escaso'. También insiste en la exactitud del dato del Gobierno, que cifra la participación en la huelga en un mero 16%. 'Ha sido confrontado con los ministerios de Interior, Fomento y Economía, y en nuestra opinión es muy claro, muy expresivo de lo ocurrido', asegura.

Según el ministro portavoz, Aznar fue felicitado ayer en Sevilla por varios líderes europeos, mayormente de centro derecha, que, según Cabanillas, opinan que el resultado de la huelga confirma el protagonismo del presidente español en 'la reforma de las estructuras sociales y económicas de Europa'.

'Han fracasado'

Como Cabanillas, otros ministros hicieron también su valoración de la jornada de protesta. El ministro de Exteriores, Josep Piqué, dijo en declaraciones a la Cadena SER que no había motivos suficientes para convocar la huelga general y difundir una mala imagen de España durante la cumbre europea. 'Una huelga general debe ser algo que se lleva a cabo cuando hay una situación de extrema gravedad, cuando realmente puede haber circunstancias que justifiquen la misma'. Piqué añadió que en el 20-J 'hubo paros importantes en determinados sectores y zonas del país, pero en ningún caso se puede hablar de huelga general y como los convocantes hablaban de una huelga general, han fracasado'.

El ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, declaró por su parte a Onda Cero, que el Gobierno no 'ha interrumpido el diálogo ni ha anunciado que lo iba a interrumpir'. En la línea de Cabanillas, Álvarez-Cascos añadió que 'el Gobierno ha dicho que su disposición al diálogo se mantenía a pesar del anuncio de la huelga general y se mantiene al día siguiente de la huelga'. El ministro agregó: 'No sé lo que harán los sindicatos a partir de este momento ni sé en qué medida modificarán su estrategia de imposición'.

PÉREZ CABO

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