Moda joven con acento español en la nueva edición de Merca FAD

Sol, música y volantes. Ninguno de estos elementos faltaba ayer en la plaza de las Caramelles, en Barcelona. La suma de todos ellos puede recordar a la España de pandereta del Ministerio de Turismo de Fraga, pero no hay nada más lejos de lo que en realidad ocurría en el corazón del Raval. Lo que allí se celebró fue la 15ª edición de Merca FAD. Esta plataforma para el lanzamiento de nuevos diseñadores de ropa que organiza el FAD congregó ayer a cientos de jóvenes alrededor de este particular mercadillo en el que fue posible adquirir prendas únicas a precios asequibles. Merca FAD celebró con el lema I love Spain la que supone su última edición fuera de la nueva Semana de la Moda de Barcelona, el gran proyecto que concentrará en los mismos días de septiembre la Pasarela Gaudí, Circuit y Merca FAD.

Las vibraciones del vecino Sónar, en la plaza de los Àngels, se entremezclaban con la música de los disc jockeys que animaban el ambiente en el mercadillo del FAD. El público del festival de música electrónica se unía a los asistentes a la plaza de las Caramelles configurando una forma de entender la música, la moda y el arte.

Mientras, 75 jóvenes modistas llegados de toda España, de una edad no superior a 30 años, se enfrentaron desde sus tenderetes, diseñados por los alumnos de la escuela de diseño Elisava, al juicio del público. Además competían por conseguir el premio a la mejor colección (nuevo este año) y la posibilidad de participar en los desfiles del Circuit IV. El ganador resultó el diseñador Sergei.

El jurado ya pudo conocer las colecciones en un desfile fiesta celebrado el viernes por la noche en la sala La Paloma. 'Merca FAD es principalmente una plataforma de ayuda y de difusión. También representa la oportunidad del contacto real del diseñador, demasiado encerrado en sí mismo, con el público', explicó Antonio Alvarado, responsable de Merca FAD. Cada joven presentó un mínimo de 20 prendas y 10 camisetas exclusivas, que se vendían por 18 euros.

La línea de trabajo para esta edición, I love Spain, comportaba también el reto de no caer en los tópicos. Los concursantes, sin embargo, prefirieron no evitarlos, se enfrentaron a ellos y los renovaron para crear una ropa divertida 'a la que aún le falta un estilo propio', dijo Alvarado. 'Estos chicos son como camareros que tienen que aprender a hacer su propio cóctel, buscar los ingredientes adecuados, con la cantidad necesaria, y luego hacer una buena mezcla. Para lograr esto hace falta mucha experiencia y mucho trabajo', argumentó el director de Merca FAD.

Unos reflejaron en sus diseños la España profunda y enlutada, otros apostaron por una estética que recuerda al Benidorm de los setenta y las películas del destape, en otros trabajos apareció el espíritu del nuevo flamenco y en casi todos ellos abundaban los colores vivos y muchos volantes.

En definitiva, se trataba de diseños que reflejan los sueños de unos jóvenes que quieren encontrar en la moda su futuro profesional.

'Lo que les deparará la vida depende mucho de ellos, aunque todos los años no pueden salir buenos diseñadores de Merca FAD. Yo creo que de cada mil participantes no surgen más de tres grandes diseñadores', aseguró Alvarado.