La ralentización de la economía vasca no ha afectado todavía al empleo

La ralentización registrada en los últimos trimestres en el crecimiento de la economía vasca no se ha dejado sentir, por ahora, en la ocupación. Así lo destacó ayer el consejero de Justicia, Empleo y Seguridad del Gobierno vasco, Joseba Azkarraga, quien apuntó que la comunidad autónoma alcanzó en el primer trimestre de este año el 'máximo histórico' de 878.900 trabajadores con empleo, lo que supone un incremento del 5,8% respecto al mismo periodo de 2001.

Azkarraga advirtió, en cualquier caso, que no se puede 'bajar la guardia' ante la certidumbre de saber que 'cualquier convulsión de los mercados mundiales' provoca 'temblores sísmicos en la economía' que pueden terminar afectando al empleo en Euskadi, como ya se ha notado en el resto de España.

El consejero, que analizó la evolución del empleo y las perspectivas del mercado laboral vasco, destacó que la población ocupada 'ha crecido de manera constante' en los últimos años, con un mayor incremento en el caso de las mujeres. De esta forma, la ocupación masculina se sitúa en la actualidad un 18% por encima de la existente en 1994, mientras que la femenina ha subido un 43%. Esta evolución se constató en el último año, con 18.000 hombres más ocupados que en el ejercicio anterior, frente a 30.000 mujeres. Aún así, las diferencias persisten en favor de los varones, de manera que hay 1,6 hombres con empleo por cada mujer, según matizó Azkarraga.

El colectivo de asalariados predomina entre la población ocupada vasca, ya que, a finales del primer trimestre de 2002, representaba el 80,4% del total. Un porcentaje que se halla muy por encima del que representan los trabajadores autónomos (13%), los cooperativistas (3%) y los empleadores (3%), según los datos aportados por el titular de Empleo.

En cuanto al tipo de contratación, casi un 70% de los vascos asalariados cuenta con un contrato indefinido-fijo, frente al 28% que tiene contratos temporales. A estas cifras hay que unir un 3,6% de trabajadores que carece de contrato y se encuentra, por tanto, en situación irregular. Sin embargo, las contrataciones de carácter temporal dominan cuando se analizan las cifras de los últimos ejercicios. Según los datos del Inem facilitados por Azkarraga, el número absoluto de contratos registrados anualmente ha subido 'considerablemente' durante los último cuatro años. Pero tomando como ejemplo 2001, la mayoría de los contratos, alrededor del 90%, fueron temporales: un 67% a tiempo completo y un 23% a tiempo parcial. Como contraste, los contratos indefinidos a tiempo completo sólo representaron el 8,4% del total. La contratación temporal afecta sobre todo a las mujeres y los jóvenes.

El sector terciario escala también posiciones en las estadísticas de ocupación, pues en 1985 concentraba el 48% del empleo, en 1994 absorbía el 59% y, en la actualidad, el 61%. La ocupación terciaria tiene también tono femenino, tal y como corroboró el consejero de Empleo, ya que el 80% de las mujeres trabajan en el sector servicios, frente al 45% de los hombres.

'La buena marcha' del mercado laboral en la comunidad autónoma se ha traducido en un 'fuerte' incremento del número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social, que ha pasado de 671.900 en 1994 a 857.00 en el pasado abril.

El número de parados, por el contrario, ha disminuido. Hace ocho años, 230.900 personas querían trabajar y no tenían empleo, mientras que en el primer trimestre de este año la cifra ha descendido a 81.000 trabajadores. La reducción ha beneficiado sobre todo a las mujeres y los jóvenes. Teniendo en cuenta el nivel de instrucción, el colectivo con estudios primarios o inferiores es el que ha experimentado porcentualmente un mayor descenso en el número de parados.

Azkarraga cree que el grado de alcance de los objetivos del Plan Interinstitucional para el empleo 1999-2003 ha sido 'muy bueno'. Pero, por ahora, no se cumplen al 100%, pues el Ejecutivo autónomo recoge en dicho plan, entre otras cosas, reducir la tasa de paro del 11,1% actual al 9,8%. El consejero confía en mejorar las presentes cifras con el futuro Plan de Empleo 2003-2006, para lo que abogó por el diálogo social, la adaptación de las empresas a las nuevas tecnologías y la formación permanente de los trabajadores.