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Reportaje:Apuntes

Los reyes del expediente

Los universitarios valencianos de letras logran más premios nacionales que los de ciencias

Ahora que se inician los exámenes, ¿merece la pena arañar hasta la última décima para conseguir un buen expediente? El Ministerio de Educación concede anualmente los Premios Nacionales Fin de Carrera destinados a los tres alumnos más brillantes en cada una de las titulaciones oficiales. A finales de este mes conoceremos los premiados en el curso 2000-2001, seleccionados por su expediente académico. El primer premio está dotado de 450.000 pesetas; el segundo, de 350.000 y el tercero de 300.000, a los que se suman las menciones especiales. En la última convocatoria los universitarios valencianos obtuvieron 20 premios: 12 de la Universidad de Valencia, 5 de la Politécnica y 3 de la de Alicante. Por áreas, la más premiadas fueron las enseñanzas técnicas con 8 distinciones, seguidas de las ciencias sociales, con 7. Los estudiantes de ciencias de la salud acapararon 3 primas al mejor expediente y humanidades, dos. Los valencianos se aplicaron más el curso anterior, alcanzando hasta 27 premios, la mitad de los cuales recayeron en las enseñanzas técnicas. Farmacéuticos, químicos, ingenieros industriales, topógrafos, ingenieros de obras públicas y filólogos figuran en el cuadro de honor los dos últimos ejercicios, cuyos líderes indiscutibles son los ingenieros agrónomos y los licenciados en Comunicación Audiovisual. Los número uno españoles en estas especialidades se hallan en las aulas de la Politécnica de Valencia y en la Universidad de Valencia, respectivamente. Paralelamente, la Consejería de Cultura y Educación concede anualmente, desde 1996, unos premios 'al rendimiento académico', destinados a quienes hayan concluido estudios en las universidades de la Comunidad Valenciana. La dotación global máxima es de 66.110 euros. La cuantía de cada premio es de 3.100 euros. Las propias universidades disponen, además, de incentivos para los expedientes destacados. La de Valencia, la Miguel Hernández y la de Alicante otorgan premios extraordinarios, sin dotación económica, uno por cada 50 alumnos. En el caso de las dos primeras, los candidatos deben haber obtenido 2,5 puntos de media, lo que equivale a un 8. Los líderes académicos reciben un diploma. En la Jaume I los premios fin de carrera no tienen límite por titulación y el requisito es obtener un 7,75 de media. Los galardonados están exentos de pagar el depósito del título. ¿Echan mano las empresas de los buenos expedientes? Esmeralda Linares, distinguida por la Universidad de Valencia con el mejor expediente en Ciencias Empresariales, en la extensión de Ontinyent, opina que no garantiza nada: 'Todavía no trabajo porque continúo mis estudios en Administración y Dirección de Empresas (ADE), pero cuando trabajé en verano lo hice donde había realizado las prácticas', comenta una de las 22 galardonadas en la ceremonia de Premios de la Facultad de Economía. El decano de ésta, Enrique Villarreal reconoce la relevancia de preservar la ceremonia: 'Somos el centro más grande y con mayor diversidad de titulaciones de la Comunidad. Es importante mantener el contacto personal y comprometernos con los profesionales que representarán a la universidad'. Otro de los premiados, Estanislao Silla, de ADE, pone el acento en conocer la existencia de los premios: 'Podría ser un incentivo. La mayoría nos hemos enterado cuando han contactado con nosotros para asistir al acto'. De entre los premiados consultados, Belén Azorín es la única que reconoce que el expediente fue decisivo para encontrar trabajo, pues la empresa lo tomó como primer indicador, aunque después evaluó otros factores. En la Universidad Politécnica de Valencia encontramos otro acicate: los premios a los proyectos fin de carrera, con una bolsa de 3.005,06 euros (500.000 pesetas) a repartir: 1.502,53 para el estudiante, 751,27 para el tutor de la empresa y la misma cantidad para el tutor de la universidad. Anualmente, desde hace cinco años Bancaja y la universidad convocan 130 premios, financiados por la entidad bancaria. 'Se valora que el proyecto se pueda aplicar inmediatamente en la sociedad', explica el vicerrector de empleo Carlos Ayats. El número de solicitudes se ha duplicado en los últimos cuatro años pasando de 341 a 680. La Escuela Universitaria de Ingeniería Técnica Agrícola y la Escuela Politécnica Superior de Alcoy fueron los centros más productivos en 2001. Además de la recompensa económica, el proyecto fin de carrera supone un método de inserción laboral para el 54,4% de los alumnos. Uno de los premiados con empleo es Juan Miguel García, que desarrolló un proyecto para predecir la esclerosis múltiple a través de sistemas de reconocimiento de formas por ordenador. 'Nuestro objetivo es apoyar el diagnóstico, facilitando la labor a los médicos'. Ahora desarrolla software para ayudar a detectar la enfermedad en las etapas iniciales en la Unidad de Bioingeniería, Electrónica y Telemedicina de la Universidad Politécnica.

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