El tabú de la diferencia de edades

En un pueblecito del Reino Unido, una vez a la semana se reúnen la directora del instituto, la jefa de policía y la doctora para cotillear y contarse sus escaramuzas eróticas. Se divierten mucho hasta que la atractiva cuarentona dedicada a la enseñanza se enamora de un joven que hace años fue su alumno, e incluso está dispuesta a casarse con él, y a partir de este momento sus amigas hacen cuanto pueden para disuadirla de una decisión que les parece un disparate, y también por celos.

Primera película escrita y dirigida por el dramaturgo John McKay, se mueve con habilidad entre la comedia sentimental y el drama. Mientras pasa, sin subrayarlo en absoluto, sobre el peculiar tabú de las relaciones eróticas entre una mujer madura y un joven. Algo realmente curioso, dado que si la situación fuese a la inversa, un cuarentón y una veinteañera enamorados, resultaría de lo más normal.

Además, Mientras haya hombres, título castellano que muy poco, o nada, tiene que ver con el original, Crush, también esconde un inesperada y fuerte carga feminista. Tiene un curioso final en el que sólo se restablece la normalidad en la convivencia entre las tres amigas cuando el hombre desaparece y, como un peculiar regalo, les deja a un recién nacido.

Aunque lo mejor de la película es su zona central, la parte de comedia sentimental en que se narran los amores entre la pareja protagonista, John McKay no quiere plantear el interesante problema que esconde Mientras haya hombres, ni mucho menos desarrollarlo, ni argumentar sobre su absurdo, pasa sobre él como por casualidad y lo resuelve de una manera en exceso simple desde el punto de vista dramático.

Narrada con habilidad y sentido del humor, tiene un prólogo y un epílogo, integrado por los diferentes relatos de sus andanzas eróticas que hacen las tres amigas, visualizados en pequeñas vueltas hacia detrás, muy inferior a la parte central, apoyada en lo bien que funciona la pareja formada por una deslumbradora Andie MacDowell y un insustancial Kenny Doughty.

A pesar de que Imelda Staunton y Anna Chanceller están un tanto excesivas, Mientras haya hombres, que resulta demasiado larga, tarda en arrancar y en acabar, brilla en gran medida gracias a la presencia de una estupenda Andie MacDowell en uno de los mejores momentos de los últimos años.