Gaya recibe el Premio Velázquez y se identifica con su 'pensamiento interno'

El pintor y escritor Ramón Gaya (Murcia, 1910) recibió ayer, en el Museo del Prado y de manos del Rey, el Premio Velázquez de Artes Plásticas 2002 'por la hondura de su trayectoria pictórica y la fidelidad a una estética'. 'Gaya ha realizado una obra a contracorriente. Cuantos se han acercado a su universo plástico han quedado cautivados por su pintura figurativa, esencial, silenciosa, viva, sin estridencias', afirmó don Juan Carlos. 'A mí me toca dar las gracias y un abrazo a todos', pudo decir el pintor, que recordó el 'pensamiento interno' de Velázquez.

Los Reyes presidieron en el salón Villanueva del Museo del Prado la entrega a Ramón Gaya de la primera edición del Premio Velázquez de Artes Plásticas, destinado por el Ministerio de Educación y Cultura a distinguir la obra de un creador en el ámbito de las artes plásticas, con una dotación de 90.000 euros. Tiene la misma intención que el Cervantes: fomentar los intensos lazos de unión entre la cultura y la creación artística de los pueblos iberoamericanos. El galardón incluye una antológica en el Museo Nacional Reina Sofía, que en el caso de Gaya se celebrará en el verano de 2003, y la elección de un artista menor de 35 años para que disfrute de una Beca Velázquez en España con una dotación de 30.000 euros. El pintor no había decidido ayer el nombre del becario, a la espera de conocer más la obra de las últimas generaciones.

La esposa del pintor, Isabel Verdejo, leyó las palabras que había preparado Ramón Gaya, con unas frases de agradecimiento y una parte de su libro Velázquez, pájaro solitario, donde hermana a Velázquez con Cervantes. 'Los premios no hay que procurarlos. Pero cuando llegan, con la humildad y la sinceridad de que seamos capaces, hay que agradecerlos. Nada comparable, en cualquier caso, a este reconocimiento que por primera vez se concede y que lleva el nombre del pintor a cuya advocación se ha tenido el acierto de fundarlo, compañía de mi vida. Reunirnos con tal motivo a la cita de Diego Velázquez, bajo la presidencia de Sus Majestades, colma la satisfacción y la emoción de verme como nunca tan honrado'.

Velázquez y Cervantes

El resto de sus palabras estuvieron dedicadas a las semejanzas entre Velázquez y Cervantes, que se rompen en el tratamiento del humor y la crítica, como observa en varias pinturas. 'Velázquez no tiene ocurrencias, sino pensamiento interno'. 'La obra de Velázquez no tiene apenas nada que ver con la pintura española. (...) Allí donde Velázquez pinta no hay escuelas, ni maneras, ni estilos: Velázquez pinta a la buena de Dios'.

En su discurso, don Juan Carlos recorrió los 91 años de la biografía de Ramón Gaya, desde sus primeras obras de 1920, su vinculación con la generación del 27, las Misiones Pedagógicas y La Barraca durante la República, y su exilio en México, París y Roma. 'Una experiencia que todos los españoles, juntos de nuevo, nos hemos propuesto clausurar para siempre'.

Tras detenerse en su pintura, 'que convierte lo fugaz en eterno', el Rey comentó sus paisajes, vistas urbanas, retratos, autorretratos, interiores y bodegones, junto con el 'homenaje a los pintores, a los escritores, a los compositores queridos'. Sobre Gaya, que definió como 'el pintor más velazqueño', señaló que, como Ulises, 'ha encontrado al final de su periplo el descanso y la paz de su tierra natal, el homenaje permanente que en Murcia representa el ejemplar museo que lleva su nombre, y el reconocimiento de su patria con este premio, que se suma al Nacional de Artes Plásticas que obtuvo en 1997'.