_
_
_
_

Dos coleccionistas critican que se copien muebles del Palau Güell

Kiki y Pedro Uhart son coleccionistas de obras de arte. Su atención se fijó, hace ya más de treinta años, en el modernismo catalán: en Domènech i Montaner, Homar, Jujol, Masriera y, por encima de todos, en Gaudí. A base de paciencia, constancia y dinero -menos del que hoy se necesitaría- se han hecho con una treintena de objetos diseñados por Gaudí. Algunos de ellos -una vitrina de ángulo, de madera y una jardinera de hierro- han pasado a formar parte de las colecciones del Museo d'Orsay por el equivalente de dos millones y medio de euros.

El Palau Güell, en Barcelona, ha tenido la oportunidad de recuperar parte de su mobiliario -dos sillones de caoba recubierta de cordobán y un gran biombo-, pero la institución responsable del edificio y de la exposición La vida en palacio: Eusebi Güell y Antoni Gaudí, dos hombres y un proyecto no ha querido aprovecharlo, ya sea porque no ha dispuesto de presupuesto o por considerar que el mobiliario no merecía el mismo esfuerzo económico que la arquitectura.

'Es una lástima que al mismo tiempo que se mercadea con todo lo relacionado con Gaudí y se autoriza la fabricación de productos derivados que no siempre son de categoría, no se estime importante devolver al Palau Güell sus muebles originales', dice Kiki Uhart. Pero su esposo tiene un mayor motivo de indignación: 'Hoy se exponen en el Palau Güell copias no autorizadas de los dos sillones, copias efectuadas de manera fraudulenta a partir de fotografías de gran calidad que presté a Raquel Lacuesta, comisaria de la exposición'.

Reproducción

Según señaló ayer esta historiadora del servicio de patrimonio arquitectónico de la Diputación de Barcelona, estos sillones no son originales de Gaudí y, añade, el precio que pidieron los coleccionistas por ellos ascendía a 3,6 millones de euros, una cantidad que consideró astronómica si se tiene en cuenta que en todo el mobiliario del Palau, tanto el original de época como las reproducciones, la institución ha invertido en el último año unos 78.130 euros.

Lacuesta reconoció que viajó a París para ver los sillones y que, con autorización de los coleccionistas, los fotografió. 'A partir de estas fotografías y de otras imágenes antiguas de la época se hizo una reproducción aproximada que no intentaba copiar el original, sino reproducir los volúmenes de estas piezas para situarlas en la estancia original', afirma.

El coleccionista se considera estafado y denuncia que nunca, cuando ha prestado sus muebles a museos japoneses, franceses o estadounidenses, ha tenido noticia de que nadie aprovechase para copiarlos. Al margen de que legalmente no haya motivo para reclamaciones, los Uhart consideran que tienen razones para sentirse moralmente estafados. 'Ni siquiera nos han dado las gracias y han tardado mucho en precisar que los originales son propiedad nuestra y que las copias se han hecho gracias a nuestras fotos'.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_