Moyà cae en su mejor momento
Corretja salva cuatro bolas de partido ante Clement para entrar en los octavos de final
Todo parecía irle de cara, pero el argentino Guillermo Cañas arruinó su mejor momento. Carlos Moyà no olvidará fácilmente lo que le ocurrió en la pista 1 de Roland Garros el 31 de mayo del 2002. No sólo porque sufrió una derrota de las que realmente duelen, sino porque, además, vio por primera vez en su vida como desalojaban la pista donde estaba jugando ante la posibilidad de que hubiera una bomba en un maletín que se olvidó un espectador despistado. Aquella circunstancia paró el partido 30 minutos, con empate a una manga y cuando se iniciaba la tercera. Hubo expectación. El cuerpo de artificieros acudió a la grada y provocó una pequeña explosión que abriera el maletín y permitiera comrpobar qué había dentro. Y allí no había nada: sólo un plástico, una agenda y algún libro.
Moyà confesó después que aquello no perturbó su juego. La verdad es que el partido estaba ya muy enmarañado y que no tenía visos de arreglarse. El mallorquín, ahora 19º mundial, lo pegaba todo, pero la bola le volvía todavía con más fuerza. 'Nunca me había ocurrido algo así', confesó después. Y es cierto, porque cuando él juega a su mejor nivel, y este fue el caso de ayer, lo lógico es que su rival acabe desbordado. Pero esta vez Cañas, 93º del mundo, no sólo le aguantó los golpes, sino que acabó por dominar el partido, ganando los puntos o provocando múltiples errores de Moyá (128, por 83 del argentino).
Cañas hizo uno de los mejores partidos de su vida. Pero eso era algo que cabía esperar a la vista de sus resultados de esta temporada: campeón en Chenai, finalista en Casablanca y semifinalista en Barcelona.
Àlex Corretja, en cambio, llegó lleno de dudas a París y ayer vivió uno de aquellos épicos partidos a los que tiene acostumbrada a la concurrencia. Se enfrentó al francés Arnaud Clément, 47º mundial, y entre los dos lograron que la central rugiera. Corretja no permitió que Clément entrara en el partido en las dos primeras mangas. Pero cuando parecía tenerlo todo bajo control acabó por acusar la presión, su brazo se encogió y alargó el partido hasta las 4 horas y 13 minutos (cinco minutos menos que Moyà). Corretja sirvió para el partido con 5-4 en la cuarta manga y, en lugar de decidir, cometió dos dobles faltas, perdió el saque y permitió a Clément entrar definitivamente en el partido.
Hasta tal punto, que el francés, cuyo mejor resultado fue la final del Open de Australia de 2001, llegó a disponer de cuatro bolas de partido en la quinta y decisiva manga, con 5-4 y saque de Corretja. Ni Àlex sabe cómo salvó aquello. Ayudó mucho Clément, porque falló una volea facilísima en uno de los match-balls. La victoria de Àlex fue crucial para su futuro inmediato, puesto que defiende la final en París y habría podido caer en el ránking hasta el puesto 50º.
La sorpresa del día fue la eliminación de la belga Kim Clijsters, quinta cabeza de serie. Entre los españoles, Albert Costa realizó un partido increible frente al italiano Andrea Gaudenzi y pasó también a los octavos de final, donde se enfrentará a Gustavo Kuerten. Los demás perdieron. Hoy, volverán Ferrero, ante el argentino Guillermo Coria, y Robredo frente a Andre Agassi.
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