Luis Feito llena el Museo Reina Sofía de gestos y geometrías

'El gesto y la geometría son una constante en mi obra', afirma el pintor Luis Feito (Madrid, 1929) tras recorrer la antológica inaugurada ayer en el Museo Nacional Reina Sofía, de Madrid (Santa Isabel, 52). 'Pintar es una manera de vivir', añade el artista.

La tercera planta del Reina Sofía contiene dos exposiciones en una, Feito. Obra, 1952-2002, con el montaje independiente de una selección de 80 pinturas y 98 obras sobre papel de la trayectoria artística de 50 años de Luis Feito, uno de los fundadores del grupo El Paso en 1957. La antológica, que las comisarias, Marta González y Belén Díaz de Rábago, han seguido de forma cronológica en ocho bloques, se verá en septiembre en Palma de Mallorca (Casal Solleric y Fundación Miró) y en noviembre en A Coruña (Kiosco Alfonso).

El montaje, diseñado por Andrés Mengs, arranca a comienzos de los cincuenta, tras dejar un breve tiempo figurativo, con una abstracción de varios colores y densa materia pictórica. La materia ya se instala en su estancia en París (1956-1981), con etapas sucesivas donde modifica los pigmentos y los formatos. Los ochenta, con el paso por Montreal y Nueva York, están marcados por las telas vírgenes y las telas viscerales, según las comisarias, para seguir por las geometrías de los noventa. La muestra de los dibujos también sigue parecidas estapas, con un mayor énfasis en el carácter oriental, según afirmó ayer el artista. El director del museo, Juan Manuel Bonet, destacó la coherencia de su trayectoria y 'lo viva que está su obra'. 'Feito insiste en su condición de pintor, puramente pintor, en la construcción de una poética. Ha estado en distintos países y paisajes, pero con el mismo horizonte de pintura: el mundo traducido a pintura'.

Rojos y negros

Feito declaró ayer que llegó a la pintura tras una crisis religiosa, y en la pintura se quedó. 'Cuando trabajo no me interesa saber o dar una explicación a lo que hago. Al cabo de los años me doy cuenta de aquello que hice, pero se trata de no explicar nada con la pintura. Lo máximo con la pintura es que exista, pero no me propongo explicarla con teorías o con una base científica. De esto huyo como de la peste', afirma Luis Feito. 'Lo apasionante del oficio es crear algo, descubrir, saber si somos capaces de sacar algo de lo que existe. La única estética que sigo es la de ser pintor, ya que la pintura es la consecuencia de tu vida. Digo pintor y me refiero a verdaderamente pintor, con brochas, colores y superficies, al existir muchas otras maneras de hacer arte plástico'.

Feito reivindica la evolución, la tensión y los cambios en su trayectoria, tal como se presenta en la antológica del Reina Sofía, programada desde la etapa del director José Guirao. 'Soy un pintor que nunca se ha quedado en una etapa, en un hallazgo; paso de una cosa a la otra, a descubrir ciertas formas y a profundizar en ellas; a veces salen cosas diferentes que me sorprenden. Podía haberme quedado en maneras que han gustado mucho, como los cuadros rojos y negros de los años sesenta, pero eso hace 40 años que lo hice y ahora tengo otras necesidades. Las fórmulas, los métodos, no me interesan para nada'.

El artista propone que el recorrido de su obra se vea como una secuencia de cómic, con etapas diferentes que surgen y desaparecen y vuelve otro tiempo, con su plenitud y final. 'Creo que no hay saltos, hay años de diferencia, pero con una continuidad. No se puede quedar uno en nada; hay que evolucionar, y eso es la máxima preocupación'. Los dibujos reflejan su interés por la filosofía zen y el budismo, que descubrió en París en los cincuenta.

La secuencia aparece más completa en el catálogo, con dirección del propio Feito y diseñado por Roberto Turégano y Julián Ortega, al incluir muchas más imágenes, además de los textos de Mercedes Replinger y Carmen Bernárdez.