Una nueva técnica permite mucha mayor precisión en el diagnóstico del infarto
Investigadores españoles descubren una alternativa al sistema actual de Framingham
En España hay cada año 68.500 infartos. El 37% de los afectados se muere. Una investigación del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona ha comprobado lo que los expertos sospechaban desde hace años: la ecuación denominada de Framingham, que utiliza la mayoría de los médicos del mundo como referencia para registrar las posibilidades que una persona tiene de sufrir un infarto de miocardio, es muy imprecisa.
La técnica, que recibe su nombre de la población norteamericana de Nueva Inglaterra donde se desarrolló, sobrestima dos veces y media la probabilidad real. Si un médico pronostica que un paciente con un perfil determinado presenta un 12% de posibilidades de padecer un infarto en los próximos 10 años de su vida, casi que con toda seguridad se está equivocando. Esa inexactitud le impedirá orientar adecuadamente el tratamiento.
El mismo nivel de colesterol en sangre causa mucho menos riesgo en un español
Así de rotundo se expresa el doctor Jaume Marrugat, jefe de la Unidad de Lípidos y Epidemiología Vascular del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona, profesor de la Universidad de Barcelona y director de la investigación. El trabajo se realizó sobre 2.500 pacientes de una población de 200.000, de entre 35 y 74 años, de los que el 20% eran mujeres, que padecieron un infarto durante el periodo comprendido entre 1988 y 1997 en siete comarcas de Girona. El resultado del trabajo fue expuesto con el título de Las funciones de riesgo cardiovascular anglosajonas sobrestiman el riesgo en los países del sur de Europa durante el X Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica celebrado en Bilbao la semana pasada y se publicará próximamente. Está previsto que en un plazo de varios meses se pueda disponer de tablas basadas en la ecuación de Regicor (acrónimo de Registro Girona Corazón) y nombre de la técnica. El siguiente paso será su aplicación en un importante número, aún sin determinar, de centros de atención primaria de toda España.
Capacidad de predecir
'Vamos a tener la capacidad de predecir el pronóstico de una persona que no haya sufrido la enfermedad. No se puede dar pastillas a toda la población. Hay una tentación muy grande de hacerlo para rebajar los índices de colesterol. Pero no se soportaría económicamente y perjudicaría la salud de los pacientes porque nadie sabe qué pasará tras 30 años de tomar pastillas', señala Marrugat.
La investigación ha permitido obtener otro dato relevante y llamativo y es que a igual cifra de colesterol en la sangre de un norteamericano y de un español, medida por el mismo laboratorio, el riesgo es mucho menor para el español. ¿Por qué? Aún no hay respuesta médica. 'Poder explicar la diferencia de riesgo es lo que intentan los investigadores. No es normal que una ecuación hecha en Estados Unidos no valga para otros lugares. Algo tiene esta enfermedad que la hace distinta. Sabemos algunas causas pero desconocemos muchas otras. Conocer cuál es la diferencia es lo que nos intriga a los investigadores. Nuestra dieta es más saludable, se hace más ejercicio y hay características genéticas que nos diferencian. Probablemente también hay en nuestro medio algo que nos protege. La combinación de todo puede modificar el riesgo. Pero, ¿por qué con el mismo nivel de colesterol, incluso mayor, tenemos menos riesgo de infarto que la población de otros países?
Marrugat explica que por vez primera se ha usado de modo objetivo un método comparable al de Framingham. 'Se sospechaba que los instrumentos clásicos sobrestimaban el riesgo coronario y lo que hemos hecho es demostrarlo a través de un estudio poblacional importante. Desde hace muchos años se registra el índice de infartos y de prevalencias. Es decir, cuánta gente posee los factores de riesgo característicos del infarto de miocardio: fumar, colesterol elevado, tensión arterial alta, etcétera. En la investigación, hemos partido de la hipótesis de qué número de casos podrían responder a esas características y lo hemos comparado con el resultado. La ecuación de Framingham superaba en mucho lo que sospechábamos'.
Dejar de fumar y caminar 30 minutos
Hay que dejar de buscar nuevas causas que puedan intervenir en el infarto de miocardio para investigar en los factores que protegen de la enfermedad. Ésta es la idea que defiende el doctor Roberto Elosua, autor de El estudio Ibérica. Análisis de la incidencia y manejo del infarto de miocardio: una perspectiva poblacional, presentado en el X Simposio Internacional de Cardiopatía Isquémica, celebrado del 22 al 24 de mayo pasados en Bilbao. Elosua, aunque nacido en San Sebastián, trabaja en la Unidad de Investigación de Lípidos y Epidemiología Cardiovascular del Instituto Municipal de Investigación Médica de Barcelona. 'En España se podrían prevenir el 40% de los casos de infarto si se erradicara el tabaquismo y se promocionara la actividad física. Con sólo caminar entre 30 y 40 minutos diarios sería suficiente. Estos dos factores influyen más que intentar bajar el colesterol. Los norteamericanos deben preocuparse del colesterol y los españoles del tabaco'. Recuerda que en las enfermedades de cardiopatía isquémica hay involucrados 10.000 genes y que únicamente se conocen 20 factores de riesgo. 'Hay que reorientar la investigación para identificar los que nos protegen', insiste. El estudio de Elosua permite contar por vez primera en un registro la magnitud del infarto de miocardio agudo en España, en donde se producen cada año 68.500 infartos. De cada 100 víctimas de un ataque, 37 fallecen antes de los 28 días. De esas 37 que fallecen, dos terceras partes lo hace antes de llegar al hospital y sólo un tercio, en el propio centro médico. 'Es una obligación de la sociedad invertir en educación sanitaria, recursos y organización porque se pueden salvar muchas vidas si se atiende con prontitud al paciente', resalta el médico. El mapa de incidencia recoge nueve regiones de España (A Coruña, País Vasco, Navarra, Girona, Mallorca, Murcia, Valencia, Toledo y Albacete), con una población de ocho millones de habitantes; una quinta parte de la población total de España. La media anual de hombres que sufren esta enfermedad es de 205 por cada 100.000, de entre 25 y 74 años. En el caso de las mujeres, el porcentaje se rebaja a 45 infartos.
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