Zapatero hará campaña contra el 'decretazo'

El PSOE y su secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, explicarán no sólo en el Parlamento sino por toda España las razones de su rechazo sin paliativos a la reforma de la protección del desempleo que el Gobierno aprobó el pasado viernes 'por sorpresa', a través de un decreto-ley. Así lo decidió ayer la Comisión Ejecutiva de ese partido tras un debate que culminó en una 'declaración política' muy dura contra el Gobierno. El líder de IU, Gaspar Llamazares, sostuvo que Aznar le ha hecho 'un gran favor' a la izquierda y a los sindicatos con su 'arrogancia' porque crea ambiente de huelga.

'Aznar debe recuperar la dignidad institucional y no insultar al discrepante', pidió Zapatero tras la reunión de la Ejecutiva para criticar el tono del presidente del Gobierno. Hoy, el PSOE presentará en el Congreso una proposición no de ley en la que insta al Ejecutivo a que de manera urgente presente una comunicación en el Parlamento para debatir sobre la situación del desempleo en España. La iniciativa pide además que se consulte al Consejo Económico y Social ya que, al parecer, ni siquiera conoce una reforma sobre la que nadie le ha pedido opinión.

El PSOE mantiene su tesis de no apoyar ni convocar la huelga pero cada vez se muestra más comprensivo con los motivos que llevan a los sindicatos a convocarla para el próximo día 20. 'El PSOE no ha suscrito la convocatoria de una huelga que nadie desea y que sólo la cerrazón del Gobierno provoca', dice la declaración política socialista.

Este partido se va a centrar de momento en forzar que el debate llegue al Parlamento y que sus dirigentes, y Zapatero el primero, expliquen ante la opinión pública y los empresarios el rechazo a esta reforma 'que no estaba en el programa electoral del PP, ni el presidente del Gobierno lo mencionó en su debate de investidura o en el debate del estado de la nación del pasado año', recordó Zapatero.

'En vez de hacer mitines, lo que tiene que hacer Aznar es acudir al Parlamento y recuperar la dignidad institucional', dijo Zapatero muy molesto con el tono y las apreciaciones que lanzó el presidente este fin de semana en un acto en Madrid y en varias entrevistas. 'Es ridículo que Aznar diga, como todo argumento contra el PSOE, que nosotros queremos recuperar en la calle lo que no conseguimos en las urnas', dijo Zapatero. El líder del PSOE hizo una crítica de fondo a Aznar por su forma de entender la democracia, según la cual atenta contra 'el interés de España todo aquél que discrepe con sus planteamientos'.

En la Ejecutiva Federal, la opinión va cambiando paulatinamente sobre las posibilidades de éxito de la huelga del próximo día 20. Hace sólo 15 días sus dirigentes se mostraban más que escépticos sobre el apoyo de los trabajadores y de la sociedad a este paro. Ahora y, sobre todo desde el pasado viernes -cuando el Gobierno aprobó la reforma por decreto- empiezan a pensar que la irritación de diferentes sectores sociales se traducirá en un apoyo notable a la huelga.

El PSOE recordó ayer algunas frases pronunciadas por dirigentes del PP en vísperas de la huelga de 1994. No alentaron la huelga, ciertamente, pero sí entendían la actitud de protesta de los sindicatos. Los términos utilizados entonces por el PP recuerdan a los que ahora utiliza el PSOE. Aznar decía en enero de 1994, por ejemplo, que no compartía la convocatoria de huelga pero comprendía que los sindicatos se sintieran 'engañados y defraudados'.

Mientras, el coordinador general de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, considera que en el fondo Aznar está haciendo 'un gran favor' a la izquierda y a los sindicatos con su 'arrogancia', porque eso movilizará a la gente. Llamazares ya anunció la semana pasada que, de forma similar a Zapatero, también recorrerá España para tratar de animar a los sectores que más contacto tienen con su coalición. Pero la vinculación de IU con el paro es muy distinta a la del PSOE. La coalición no sólo constará como una de las convocantes, algo que no harán los socialistas. Dedicará además todos sus esfuerzos a lograr que el paro sea un éxito. Eso implica vincular a todos sus militantes y sobre todo ejercer de nexo entre los sindicatos y los movimientos antiglobalización, donde IU tiene cierta presencia. Éstos han demostrado de sobra su capacidad de movilización -en Barcelona sacaron 300.000 personas a la calle-. De que sea un éxito el paro depende, en parte, que IU se recupere, según sus dirigentes. La mayoría de ellos son optimistas, entre ellos el responsable de empleo, Javier Alcázar, quien cree que las experiencias anteriores prueban que las 'bravatas' del Ejecutivo 'crean ambiente de huelga'.