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La Generalitat salva a Kelme

Un crédito de 9 millones, bajo duras condiciones, evita suspender pagos

Los hermanos Diego y José Quiles, propietarios de la multinacional Kelme, dedicada a la producción de ropa y calzado deportivo, han debido aceptar rigurosas condiciones para recibir un crédito de nueve millones de euros a largo plazo avalado por la Generalitat Valenciana, que salva por el momento a la multinacional de una suspensión de pagos.

Los expertos opinan que la actual situación de Kelme ha sido producida por su intensa política de expansión internacional
Uno de los primeros cambios será la profesionalización de los cargos directivos, hasta ahora en manos de la familia

La empresa, agobiada por una crisis que ya dura dos años, acumula 43,5 millones de euros en deudas, generadas por el exceso de inversiones. El Instituto Valenciano de Finanzas ha impuesto el nombramiento de un nuevo consejero delegado y un asesor, encargados de aplicar un plan estratégico diseñado por la asesoría madrileña Unilco, especializada en empresas familiares como Kelme.

Uno de los primeros cambios será, precisamente, la profesionalización de los cargos directivos. El dominio de los principales cargos de Kelme por parte de la familia ha influido negativamente en la evolución de la empresa. Por ejemplo, de la oficina estadounidense de Kelme, en Miami, inaugurada como punto de entrada al mercado americano, se encargaba un hijo de uno de los propietarios y al poco tiempo cerró las puertas por las pérdidas. El nuevo equipo pretende que Incadesa, la principal empresa del grupo Kelme, absorba al resto de sus componentes: Kelme Distribución, Kelme Exportación y Aberdin. Todas ellas arrastran deudas. La empresa ha conseguido renegociar 14,4 millones de euros de deuda en un crédito a largo plazo.

Venta frustrada

Antes de la intervención del Instituto de Finanzas, la familia Quiles se desprendió de numerosas propiedades -fincas e inmuebles en Elche y Alicante-, adquiridas por empresarios del calzado ilicitanos. A la vez, realizó una ampliación de capital social por 2,4 millones de euros. Por otro lado, los hermanos estuvieron negociando desde inicios del presente año la entrada de inversores. Yumas, otra empresa de calzado, y Cancha, dedicada a la venta de artículos deportivos, plantearon la adquisición del 50% de Kelme, aunque una auditoria desaconsejó finalmente la operación.

La crisis de Kelme no está motivada por la situación internacional del mercado del calzado. La multinacional aumentó sus ventas el pasado año un 11,3% y calcula aumentar en 2002 el porcentaje hasta el 12%.

Los expertos opinan que la actual situación de Kelme ha sido producida por su intensa política de expansión internacional. Durante los últimos diez años, la empresa ha instalado almacenes en Rusia, Estados Unidos, Panamá, Brasil, Italia, Alemania, Bélgica, Indonesia, Corea y Colombia. Completó su expansión internacional con la instalación de dos fábricas en las repúblicas ex soviéticas de Bielorrusia y Bashkortostán, que emplean a 500 trabajadores. Las empresas, en las que Kelme participa con un 34%, 'no han conseguido llegar a funcionar completamente', explica Diego Quiles. La grandes inversiones no se han visto acompañadas con la llegada de beneficios.

Además, la empresa ha inaugurado recientemente su nueva sede en un polígono industrial de Elche, que ha supuesto un gasto de 12 millones de euros.

La producción, fuera de Elche

Junto a la negativa expansión internacional, fuentes empresariales afirman también que algunos negocios inmobiliarios de la familia Quiles, financiados con los beneficios de Kelme, han fracasado. Los empresarios compraron, por ejemplo, 2.200.000 metros cuadrados en una zona de expansión turística (Saladar de Aguamarga), que no han podido desarrollar por el valor ecológico del lugar. El cierre de Kelme tendría una mayor repercusión simbólica que económica en Elche. La multinacional sólo emplea a 120 trabajadores en esta ciudad, encargados de las tareas de comercialización. La producción y el grueso de la mano de obra, como ocurre con las grandes empresas de calzado ilicitanas, se encuentran en el extranjero tras un proceso de deslocalización. Kelme realiza una importante labor de patrocinio deportivo, financiando al equipo decano del ciclismo español. Aunque la familia insiste en que el futuro de la escuadra no peligra, su continuidad depende de la entrada de un nuevo patrocinador. La Generalitat baraja en estos momentos la posibilidad de participar también como mecenas.

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