Subsistir a golpe de créditos
J. L. ya no duerme; está tan preocupado que ni siquiera se atreve a dar su nombre; 'por miedo a represalias', dice. Hace una docena de años que montó una empresa de ortopedia con 10 trabajadores y el próximo 1 de junio tendrá que despedir a cuatro de ellos. El SAS le debe 175.000 euros y los bancos no le fían. Ahora vive a crédito y los pocos beneficios que ha ido acumulando en patrimonio se los comen los intereses.
Igual le ocurre a Ricardo Sánchez, de Cádiz; aunque él es perro viejo en el oficio y se lo toma con más calma. Hace 40 años que comenzó a trabajar de ortopedista y 18 que montó la empresa con su hermano. Tienen seis empleados y también viven a crédito. El SAS le debe 200.000 euros en facturas de 10 meses. Pero no se desespera. Simplemente no lo entiende. 'No puedo comprender qué está pasando. Lo que me temo es que nos metamos en septiembre sin cobrar y, entonces sí, entonces todos arruinados. Una pena, porque durante un año funcionó todo muy bien... ¡Pero sólo un año!', concluye este empresario que además lamenta la presión que sobre ellos ejerce la Administración. 'Nos tienen cogidos', resume.
Cada madrugada, las ambulancias del empresario Juan Manuel de la Torre (con 52 empleados a su cargo) salen de Úbeda para recoger en todos los pueblos de la sierra de Jaén a enfermos. Desde enero de 1999, según indica De la Torre, no ha cobrado el importe del transporte para pacientes de hemodiálisis y el débito que mantiene con él el SAS se elevada ya a unos 480.000 euros (casi 80 millones de pesetas). 'Hacemos un esfuerzo sobrehumano para subsistir', dice, y apunta que 'Los bancos son los que se llevan las ganancias, porque estamos a base de préstamos'.
Uno de los empresarios que no pudo aguantar por más tiempo la deuda de la Junta fue Eduardo Sáez Aldehuela, propietario de una empresa de ambulancias de Andújar. De nada le sirvió la huelga de hambre que realizó por espacio de 10 días en mayo del año pasado. Poco después, y al no recibir respuesta alguna por parte de la Junta, su negocio quebró y eso que tuvo que vender su casa para hacer frente a los embargos
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