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Prodi planta cara a los Quince y exige más poder en política exterior

El presidente de la Comisión quiere incorporar a Solana a su Ejecutivo

Carlos Yárnoz

El pulso entre la Comisión Europea y el Consejo de la UE, el órgano en el que están representados los Gobiernos de los Quince, ya está lanzado. Mientras destacados líderes europeos apuestan por crear la figura del presidente del Consejo, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, reclamó ayer en el Parlamento Europeo que la institución que dirige refuerce sus competencias en política exterior y de defensa.

Con esta intención, Prodi quiere que míster Pesc, cargo ocupado hoy por Javier Solana, se convierta en un miembro del Ejecutivo comunitario.

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El presidente de la Comisión Europea presentó ayer el documento de 26 páginas que supone la primera aportación oficial de la Comisión Europea a la Convención sobre el futuro de la UE. Para superar la 'fragmentación' actual entre un comisario de Exteriores, el británico Chris Patten, y míster Pesc como figura integrada en el Consejo, el político italiano propone que ambos cargos se fundan en uno solo, ocupado por una personalidad designada de forma conjunta por el presidente de la Comisión y los líderes de los Quince. 'Sólo en comercio la UE habla con una voz única', se quejó el presidente del Ejecutivo comunitario en referencia al comisario Pascal Lamy.

El documento de la Comisión propone, como defiende hoy la mayoría de dirigentes europeos, que los tres clásicos pilares de la UE (mercado, política exterior y justicia e interior) se refundan también en uno solo. Pero ahí acaban las coincidencias, porque Prodi quiere que ese único pilar esté bajo la tutela de la Comisión, a la que confiere un papel de Gobierno europeo, aunque no cita ese término. Por el contrario, representantes de Gobiernos en la Convención prefieren, aunque no todos, que el Consejo mantenga un papel protagonista en política exterior y justicia.

La creación de la figura del presidente del Consejo de la UE, defendida por Tony Blair y José María Aznar entre otros, levantó ayer más que suspicacias en la comparecencia de Prodi. Los liberales aclararon que no quieren 'un superpresidente' de la UE. El socialista Enrique Barón acusó a Aznar de buscar un nuevo 'Sacro Imperio Romano-Germánico', y el danés Jens-Peter Bonde se preguntó con sorna si el presidente de los europeos acabará siendo Blair, Aznar o más bien el presidente de la Comisión. El socialista Carlos Carnero añadió que 'es el colmo' que Aznar comente que ese presidente del Consejo, no elegido democráticamente, pudiera disolver el Parlamento Europeo.

'Míster Euro'

Las opuestas posiciones entre Consejo y Comisión quedan patentes en otras partes del documento. Así, Prodi quiere un refuerzo y ampliación de las políticas comunes (agrícola, cohesión, medioambiental, fiscal, competencia) bajo el paraguas de la Comisión. Es más, propone que el euro, la zona euro, tenga 'voz propia, representación externa' en el mundo, de modo que se cree algo parecido a míster Euro ante el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial, pero asegurándose antes de que la deseable mejora de la coordinación económica de los países de la moneda única tenga que pasar también por el protagonismo de la Comisión. Prodi también pide que en materia económica la Comisión deje de hacer recomendaciones al Consejo, como hasta ahora, y pueda poner sobre la mesa propuestas concretas.

Otra propuesta de Prodi da en la línea de flotación de los Gobiernos cuando plantea acabar para siempre con la práctica del veto en el Consejo de la UE, de forma que los acuerdos 'por mayoría cualificada constituyan la regla única de procedimiento', algo a lo que todos los Gobiernos de la Unión se oponen ahora, cuando los temas más sensibles, incluidos los fiscales, se deciden siempre por unanimidad.

El control común de las fronteras con un cuerpo policial coordinado, la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal, la reducción del paro, las ayudas al desarrollo y, por encima de todo, 'un mayor control democrático' de las instituciones europeas son, a juicio de Prodi, algunos de los capítulos que más preocupan a los ciudadanos en los que debe centrar su atención la UE en el futuro más inmediato. Eso sí, aprovechó su comparecencia para lanzar también algún mensaje tranquilizador a quienes no participan de forma tan entusiasta ni del tradicional método comunitario (equilibrio entre Consejo, Comisión y Parlamento) ni del proyecto mismo de construcción europea. Así, insistió en que no pretende 'un superEstado europeo', sino 'una democracia supranacional' que cuente, por ejemplo, con su propio 'texto constitucional' que incluya la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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