Felipe González augura el fracaso de la Convención Europea

El ex presidente del Gobierno español Felipe González se definió ayer como un 'optimista escarmentado' con el proceso de construcción europea y, como tal, expresó sus más absolutas reservas respecto a los resultados de la Convención que preside Valéry Giscard d'Estaing sobre el futuro de la Unión Europea (UE). González advirtió de que la Convención 'no va a funcionar' porque no se ha concebido como un proceso constituyente y se limitará a una simple 'declaración de derechos y deberes' sin entrar en el núcleo del debate, que es el reparto de poder y competencias entre las diferentes instituciones comunitarias.

En el marco de un seminario sobre Europa-Estados-Regiones, que se celebra en el Parlamento catalán, el ex presidente del Gobierno -que compartió coloquio con el ex canciller alemán Helmut Kohl y el ex presidente de la Comisión Jacques Delors- afirmó que los escasos resultados de la Convención Europea obligarán a los Estados a redactar un nuevo tratado. Delors reconoció por su parte que una Europa ampliada no podrá asumir todos y cada uno de los objetivos previstos en el Tratado de Maastrich.

González, que desató las críticas de Kohl por su radical escepticismo, calificó de intolerable, lento e ineficaz el mecanismo de toma de decisiones en la UE -'lo que más me preocupa es la pérdida del equilibrio histórico de las instituciones', aseguró-, un proceso que, a su entender, podría empeorar por la 'incorporación de más actores'. Con esta advertencia, González dejó claro que no sólo se refería a la ampliación de la UE hacia el Este sino también a la posibilidad de conceder a las regiones capacidad decisoria. 'En las decisiones ejecutivas no pueden participar las regiones europeas. Unas podrían porque tienen capacidad legislativa pero otras estarían gratis', manifestó. 'No tiene una solución fácil', enfatizó, 'y si la tiene tengo mis dudas'.

Optimismo de Kohl

Felipe González se quedó solo en la defensa de sus tesis. Helmut Kohl abogó por acelerar el proceso de ampliación de la UE y expresó su optimismo sobre el resultado de la Convención que propondrá, auguró, la configuración de una Europa federal. No obstante, advirtió que nadie desea que las instituciones se conviertan en una 'especie de esperanto político'.

Más contudentes contra Felipe González se manifestaron José Borrell y Gabriel Cisneros, los representantes españoles en la Convención Europea. El ex ministro socialista advirtió: 'Ya está bien de decir lo que no será', y apeló indirectamente a González a 'no ser soberbios' sobre el resultado de este debate comunitario. Borrell expresó su optimismo respecto a que la Convención sentará las bases para 'redefinir lo que Europa quiere ser' y defendió este proceso frente al 'método gubernamentalmente oscuro y opaco' de los consejos de ministros comunitarios.