Un grupo de diputados británicos pide que la sanidad distribuya heroína
Un grupo de diputados británicos propone distribuir gratis a los drogadictos el equivalente médico de la heroína, diamorfina, como estrategia para frenar el crimen en el país. A esta solución ha llegado el comité parlamentario en asuntos de Interior para combatir la escalada de robos atribuidos a drogodependientes. Recogida ayer por el dominical The Observer, la medida se incluye en un informe del comité, cuya publicación está prevista pasado mañana.
La sanidad pública británica tiene en marcha varios programas piloto de distribución gratuita de diamorfina. Se aplica de momento en casos limitados (unos 300 adictos atendidos por 30 médicos) y si hay ciertas garantías de que el heroinómano se integrará en programas de rehabilitación. El programa podría extenderse ahora a más médicos de la sanidad pública, que tendrán vía verde para recetar dosis diarias de la llamada pseudoheroína. 'Los médicos deberían recetar más drogas si con ello se logra que los adictos participen en tratamientos de rehabilitación', admitió ayer un portavoz del Ministerio del Interior.
De acuerdo con The Observer, el comité defiende también la apertura por todo el país de narcosalas controladas, donde los drogadictos podrán inyectarse diamorfina. Actualmente existen en el Reino Unido 40.000 heroinómanos registrados oficialmente, aunque los diputados del comité situán la cifra real en torno a los 240.000.
Drogas blandas
En el capítulo de drogas blandas, este grupo de parlamentarios, de todas las denominaciones políticas, parece inclinarse en favor de la desclasificación del cannabis como droga B y del éxtasis y LSD como drogas C. Esto llevaría a una nueva interpretación del riesgo del chocolate como sustancia equivalente al valium o los esteroides anabólicos. El ministro del Interior podría decretar la nueva clasificación de cannabis esta misma semana, en tanto que el informe parlamentario ratifica la opinión en la materia expresada el pasado marzo por el Consejo Asesor en el Abuso de Drogas. No se anticipa, sin embargo, la modificación del éxtasis o LSD como drogas C.
El Gobierno de Tony Blair comienza a enfocar su política antidrogas hacia la prevención y la sustitución de condenas en prisión por programas de rehabilitación. Se resiste de momento a despenalizar el consumo de cannabis, pero apoya iniciativas policiales tendentes a sancionar la posesión de hachís o marihuana sin recurrir a los tribunales.
La policía británica destina el 68% de su tiempo a operaciones relacionadas con la distribución y consumo de este tipo de droga blanda. Con la nueva clasificación, el ministro del Interior, David Blunkett, confía en ayudar a las fuerzas del orden a enfocar sus recursos en el combate del tráfico de drogas duras, principal desencadenante de la escalada del crimen, estiman los expertos.
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