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Reportaje:CRÓNICA EN VERDE

La salud en la basura

El comercio de fármacos mueve en Andalucía 200 millones de envases al año

Aunque en todos los hogares se almacenan sin mayores precauciones, los productos farmacéuticos, una vez que son desechados por el consumidor, están catalogados como residuos tóxicos y peligrosos. Aún así, suelen mezclarse con las basuras domésticas, con el consiguiente riesgo para los que manipulan estos desechos, y acabar en vertederos urbanos, en donde pueden llegar a causar problemas de contaminación.

Hasta ahora, las únicas campañas para retirar este tipo de residuos de una forma selectiva y, en cierta medida, reciclarlos, estaban auspiciadas por organizaciones no gubernamentales que, con el apoyo de las propias farmacias, recuperaban los fármacos no agotados o en desuso para remitirlos a países en donde pudieran ser útiles. Sin embargo, esta práctica obligaba a una concienzuda y costosa labor de selección y, aún así, era frecuente que se dieran como válidos medicamentos en mal estado.

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En toda Andalucía el comercio de fármacos mueve alrededor de 200 millones de envases cada año, con un peso total que ronda las 5.600 toneladas. Aunque se desconoce el volumen de medicamentos que se desechan, no es difícil de estimar aplicando los índices que ya se han obtenido en otras comunidades, como el País Vasco, donde se calcula que cada ciudadano arroja a la basura, todos los años, una media de 150 gramos de estos residuos. Trasladando estas cifras a la región andaluza se obtiene un total cercano a las 1.000 toneladas.

Retirar estos elementos peligrosos con las suficientes garantías, y reciclar aquellos productos y envases que pudieran introducirse nuevamente en el sistema productivo ha dejado de ser una obligación exclusiva de las administraciones públicas. La Unión Europea hace ya algún tiempo que otorga a los productores y vendedores de un determinado producto la responsabilidad de gestionar los residuos que se generen a partir del mismo, filosofía que se ha traducido, desde el punto de vista normativo, en los denominados Sistemas Integrados de Gestión y Reciclado de Envases (SIGRE), entidades sin ánimo de lucro desde las que se ordenan este tipo de operaciones.

En el caso de los medicamentos usados, el SIGRE correspondiente lo acaban de poner en marcha, de forma solidaria, los fabricantes (agrupados en torno a Farmaindustria), los distribuidores (a través de la Federación de Distribuidores Farmacéuticos) y el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. La industria farmacéutica española ha previsto este año destinar a este fin un céntimo de euro por cada envase, lo que en el caso de Andalucía arroja un total de unos dos millones de euros, a los que hay que sumar las aportaciones de distribuidores y farmacéuticos, con lo que el gasto total ronda los 3.300.000 euros.

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Las 1.700 farmacias que operan en las provincias de Granada, Córdoba, Jaén y Málaga han sido las primeras en integrarse en el sistema. Casi todas ellas disponen ya de unos contenedores especiales, en donde pueden depositarse los fármacos caducados o en desuso. Una vez lleno el recipiente, el propio distribuidor lo retira y almacena los desechos hasta que, por su volumen, puede hacerse cargo de ellos un gestor especializado en residuos tóxicos y peligrosos.

Estas empresas, autorizadas por Medio Ambiente, pueden separar las sustancias nocivas de sus envases, ya que éstos, en algunos casos, son susceptibles de ser reciclados. Los materiales peligrosos se eliminan por medio de incineración o bien se trasladan a un depósito de seguridad como el de Nerva (Huelva).

El sistema se irá extendiendo a toda la comunidad, de manera que en pocos meses los contenedores aparecerán en las 3.480 farmacias andaluzas. Asimismo, los envases de los medicamentos irán incorporando el símbolo que identifica al SIGRE.

De cualquier forma, y dentro del ámbito sanitario, los mayores riesgos proceden de los residuos que se generan en clínicas, centros de salud y recintos hospitalarios, para los que, desde hace años, funciona un sistema específico de retirada y tratamiento, igualmente en manos de gestores autorizados. Plantas especializadas, como las que funcionan en Granada y Sevilla, se ocupan de neutralizar este tipo de desechos. En total se tratan cada año en Andalucía unas 1.500 toneladas de residuos biosanitarios especiales.

Comentarios y sugerencias a propósito de Crónica en verde pueden remitirse al e-mail: sandoval@arrakis.es

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