La Delegación del Gobierno elude tratar sobre las manifestaciones previstas para la cumbre de Sevilla

La primera manifestación masiva en relación con la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE recorrerá las calles de Sevilla dentro de un mes exacto. Sin embargo, la Delegación del Gobierno en Andalucía no ha movido un dedo en lo que a seguridad urbana -la de la ciudad, no la de los altos cargos presentes- se refiere. La postura de la institución encabezada por José Torres Hurtado contrasta con la actitud tomada por la Delegación del Gobierno en Cataluña durante la cumbre de marzo en Barcelona y con los propios deseos del Ministerio del Interior.

El secretario de Estado para la Seguridad, Pedro Morenés, vino a Sevilla el pasado día 6 para tratar sobre aspectos relacionados con la cumbre de junio y le preguntó a Torres Hurtado si ya había iniciado los contactos con los representantes de los grupos antiglobalización y, por lo tanto, organizadores de la manifestación. Según fuentes cercanas a las reuniones, el delegado del Gobierno en Andalucía le respondió de manera escueta pero afirmativa.

Y es que el Ministerio del Interior está interesado en abrir el diálogo con los organizadores de las marchas -no necesariamente a través de reuniones oficiales- para intentar que éstas tengan el menor impacto posible. Así lo hicieron en Barcelona ante la cumbre extraordinaria de marzo, cuando la delegada del Gobierno en Cataluña, Julia García-Valdecasas, llegó a afirmar en una entrevista concedida a EL PAÍS: 'Para que saliera bien la cumbre, hemos pactado hasta con el sol'. Y afirmó haberse reunido en numerosas ocasiones con los representantes de los grupos antiglobalización, de los que alabó su talante y con los que se 'pactaron hasta los ritmos de la manifestación'. En Andalucía, la Delegación del Gobierno aún no se ha reunido -ni oficial ni extraoficialmente- con el Foro Social, según confirman ambas partes.

Debate interno en el Foro

Mientras la Delegación del Gobierno se ocupa preferentemente de la seguridad de los altos cargos, los otros protagonistas sí trabajan en aspectos relacionados con la del resto de la ciudad durante los actos. El propio Foro Social tiene abierto un debate interno en relación con el sentido que debe de seguir la marcha que se prevé multitudinaria el sábado 22 de junio. Aunque no está previsto que presenten la propuesta formal de manifestación ante la Delegación del Gobierno hasta el próximo día 30 (debe de refrendarla la reunión plenaria del Foro prevista para el día 27), el recorrido parece claro: entre la Glorieta de la Duquesa de Alba y la plaza de Don Juan de Austria. De hecho, se ha variado el programa y un grupo de los asistentes a la cumbre ya no se hospedará, como estaba previsto, en el hotel Meliá Macarena, al estar éste en el recorrido de la marcha.

El sentido es una cuestión clave, ya que el peligro de desmanes en las manifestaciones se produce cuando el flujo de personas se quiebra, cuando se termina la marcha. Entonces, se pueden, en este caso, acumular cientos de miles de personas. En el Foro, aunque se rechaza considerar a priori que vaya a haber desórdenes, una gran parte de los integrantes cree que sería más conveniente acabar en la Glorieta de la Duquesa de Alba, frente al puente de La Barqueta, que en el centro de la ciudad.

Además, en la plaza de Don Juan de Austria, el final de la manifestación se encontraría con el muro de protección que la policía levantará alrededor del hotel Alfonso XIII, lo que puede ser hasta un acicate para que se produzca cualquier tipo de disturbio, especialmente en una concentración humana como la que se prevé.

La propuesta que debate el Foro Social está además en sintonía con los deseos del Ayuntamiento de Sevilla sobre el desarrollo de la manifestación. No obstante, según fuentes del Foro sevillano, lo que no les ha gustado a sus representantes es el talante negociador de los responsables municipales. Así, siempre según las mismas fuentes, y a pesar de que había sintonía de criterios, el Ayuntamiento 'enrareció innecesariamente' las negociaciones y presionó con la cesión de espacios para la acampada como moneda de cambio para la variación del sentido de la marcha. El Ayuntamiento no quiso hacer declaraciones tras el último encuentro.

Precisamente, sobre el lugar de acampada, también importantísimo para la seguridad urbana, aún no hay acuerdo alguno.