Powell se retracta de las acusaciones de bioterrorismo contra La Habana
Como en otras ocasiones, el secretario de Estado de EE UU, Colin Powell, la voz de la moderación en el Gobierno de George W. Bush, ha tenido que salir al paso de los excesos verbales de los halcones. Esta vez, para dar marcha atrás en la acusación vertida la semana pasada por uno de sus subsecretarios contra Cuba, en la que afirmaba que el país caribeño fabrica armas biológicas, sin ofrecer pruebas de ello. 'Creemos que Cuba tiene capacidad para desarrollar una ofensiva biológica. No hemos dicho que tenga las armas, sólo que tiene la capacidad de hacerlo', señaló Powell.
En lo que los analistas políticos han calificado como un intento de ensombrecer la histórica visita del ex presidente Jimmy Carter a Cuba, unos días antes de que emprendiera viaje, el subsecretario de Estado para Seguridad y Defensa, John Bolton, dijo que Cuba ha estado exportando la tecnología bioterrorista a uno de los países del eje del mal, Irán. Carter, visiblemente irritado, ha hecho hincapié en la 'sospechosa coincidencia' de las alegaciones con su misión.
Tras visitar las instalaciones del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de La Habana, Carter manifestó que no había visto indicios de que allí se produjeran patógenos con fines terroristas y subrayó también que cuando se reunió -antes de inciar el viaje- con funcionarios de espionaje de EE UU y les preguntó 'si había la más mínima prueba de que Cuba pudiera estar compartiendo información que pueda ser utilizada para actividades de terrorismo, la respuesta de todos los expertos de espionaje fue no'.
En el duelo verbal que Carter y el ala dura del Gobierno de Bush libran estos días sobre el tema, la asesora nacional de seguridad, Condoleezza Rice, respondió horas después a Carter diciendo que 'le puede enseñar un laboratorio y convencerle de que allí no está fabricando armas de destrucción masiva, pero el problema es que esas armas son muy fáciles de ocultar y se requieren muchas medidas de inspección para verificarlo'.
Vacunas
Según el jefe del Centro de Ingeniería y Biotecnología cubano, Carlos Borroto, lo que ha ocasionado las sospechas es un 'equipo de fermentación que se puede adquirir en cualquier parte'. Cuba e Irán acordaron en 1996 realizar una investigación farmacéutica conjunta en los laboratorios de la ciudad de Karaj, cerca de Teherán, que les cuesta más de 60 millones de dólares (66 millones de euros). Los funcionarios cubanos sostienen que en el laboratorio de Irán se producen vacunas, interferón y productos farmaceúticos para venderlos a países vecinos en desarrollo.
Bolton, acompañó las acusaciones recalcando que los servicios de inteligencia habían grabado unas declaraciones de Castro en Teherán, diciendo que 'juntos, Irán y Cuba pueden abatir a EE UU'. Cuando un periodista le preguntó sobre si tenía pruebas de que Cuba compartía con Irán tecnología para uso bioterrorista, Bolton afirmó que no podía revelarlas porque comprometería a las fuentes.
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