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La guerrilla ugandesa es acusada de masacrar a 500 civiles en Sudán

Los rebeldes del Ejército de Dios quieren instalar un régimen con la Biblia como única ley

El sur de Sudán, arrasado desde hace 20 años por una guerra civil, ha sido el escenario durante la semana pasada de una serie de masacres de civiles, que han costado la vida a cerca de 500 personas, por parte de guerrilleros de la vecina Uganda, que huyeron hacia el sur de una ofensiva del Ejército. Según informaron ayer fuentes de la Iglesia católica, estas matanzas han sido cometidas por rebeldes del Ejército de Resistencia de Dios (LRA, en sus siglas en inglés) cuando huían en territorio sudanés del Ejército de Kampala. Cientos de civiles huyeron de los combates.

Un portavoz del Ejército ugandés, Shaban Bantariza, señaló a la emisora británica BBC que las muertes ocurrieron en varios pueblos de las montañas de Imotong. Un comunicado de la diócesis de Torit, en Sudán, indicó que los rebeldes del LRA quemaron varios pueblos y violaron y secuestraron a numerosas mujeres.

La guerrilla del LRA combate al Gobierno de Kampala en el norte del país, fronterizo con Sudán, desde 1988. Este movimiento integrista pretende acabar con el presidente Yoweri Museveni y reemplazarlo por una administración cuya única ley serían los Diez Mandamientos de la Biblia. Este movimiento se ha caracterizado por su extrema violencia contra los civiles. El pasado 26 de abril, el Ejército ugandés les acusó de haber asesinado a 60 personas que seguían un cortejo fúnebre en el sur de Sudán.

El arzobispo de Torit, Akio Johnson Mutek, lanzó un llamamiento a la comunidad internacional y a la Iglesia para que 'ayuden a estas personas desheredadas, que han sido forzadas a abandonar sus pueblos justo cuando había comenzado la cosecha'.

Situación humanitaria

Este conflicto tomó una nueva dimensión el pasado 10 de marzo, cuando Uganda y Sudán firmaron un acuerdo que permite al Ejército de Kampala desplegarse en territorio sudanés para buscar al líder del LRA, Joseph Kony.

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Sobre las masacres de los últimos días, el arzobispo de Torit indicó que 'si la situación humanitaria no mejora, muchos habitantes de la región están en grave peligro', tanto a causa de la violencia como de la posibilidad de que se produzca una hambruna en esta zona. La Iglesia católica se teme que los ataques del LRA se intensifiquen en las próximas semanas.

El sur de Sudán sufre, desde 1983, una sangrienta y devastadora guerra civil entre los rebeldes animistas y cristianos que se enfrentan al régimen musulmán de Jartum.

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