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Reportaje:

Duelo en el asfalto por los peajes

La batalla por la concesionaria de autopistas de pago Iberpistas amenaza con acabar en los tribunales

Cristina Galindo

La pugna por el control de la concesionaria de autopistas de peaje Iberpistas, por la que pujan sus rivales Acesa y Áurea, puede acabar en los tribunales en un capítulo más de una guerra en la que está en juego una porción del apetecible negocio de las autopistas de peaje, que el año pasado movió 1.276 millones de euros.

Acesa estudia impugnar una de las resoluciones aprobadas en la movida junta de accionistas de la semana pasada de Iberpistas, en la que posee un 8,1% del capital y es socia en diversos proyectos, y que se tradujo en la exclusión de su representación en el consejo. La disputa se produce poco después de que Acesa, número uno del sector, se atreviera a plantar cara al acuerdo de fusión alcanzado entre el núcleo duro de su rival y Áurea, otra compañía de la competencia controlada por el grupo de la construcción Dragados, lanzando el 19 de marzo pasado una oferta pública de adquisición (OPA) hostil para hacerse con el capital que aún no posee de Iberpistas a cambio de 11 euros por acción. Áurea respondió con una contraoferta a 13 euros, que mejora en un 18% la anterior y que todavía está pendiente de autorización por la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

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La batalla por Iberpistas coincide con uno de los mejores momentos para el negocio del peaje, que se está beneficiando de un plan de infraestructuras gubernamental que prevé inversiones por 39.800 millones de euros hasta 2010. Aparte de los 2.320 kilómetros de autopistas que ya atraviesan territorio español, hay otros 794 kilómetros proyectados y 465 en construcción, entre los que se encuentran las radiales de acceso a Madrid, 260 kilómetros de autopistas de peaje que pretenden acabar con las grandes congestiones de tráfico que se registran en las salidas y entradas de la capital.

'Las compañías quieren ganar tamaño para tener más opciones de cara a los concursos de autopistas que se van a efectuar en toda Europa', señala Daniel Rodríguez, analista del sector en Schroder Salomon Smith Barney. 'Pero es complicado buscar una justificación financiera a la operación', puntualiza en relación a las ofertas de compra sobre Iberpistas. Una concesionaria puede sumar más kilómetros de autopistas, pero esto no le permitirá en todo caso reducir costes, como los de mantenimiento. 'Los proyectos de las radiales son interesantes, pero no es tan fácil ver el negocio. Además, van con retraso y estp restará rentabilidad al proyecto', añade. Estas cuatro codiciadas autopistas de peaje no entrarán en funcionamiento hasta al menos 2004 y superarán el presupuesto previsto en la adjudicación.

Sin embargo, la guerra para el control de Iberpistas, con intereses directa o indirectamente en tres de las radiales (R-2, R-3 y R-5) y que gestiona el peaje de la A-6, se ha recrudecido en los últimos días. La ofensiva de Acesa ha disgustado a las familias que controlan Iberpistas -Godia, Blasco, López Casas y la constructora Sacyr, que suman el 52% del capital-, que han recomendado a los accionistas que no apoyen su OPA y han forzado la salida del consejo de administración del representante de Acesa y director general de esta compañía, Salvador Alemany, tras reducir por sorpresa de 16 a 8 el número de miembros del consejo. También fue excluido Juan Antonio Samaranch, que si bien figura como consejero independiente, representaba a La Caixa hasta que ésta vendió sus acciones a Acesa, controlada a su vez por la entidad financiera catalana. 'Nos reservamos la posibilidad de emprender las acciones jurídicas pertinentes', amenazó Alemany durante la junta de accionistas celebrada el martes pasado alegando que la reducción del consejo no estaba en la orden del día. Estos casos se suelen dirimir en los tribunales ordinarios de justicia. 'Cuando Acesa lanzó su OPA hostil, el consejero de Iberpistas dimitió del consejo de Acesa', señala José Antonio López Casas, consejero y portavoz de Iberpistas, 'y era de esperar que el consejero de Acesa hiciera lo mismo o, al menos, que dejara su cargo en suspenso'. Indica, además, que quizás se pueda impugnar la decisión de reducir el consejo, pero que el cese de consejeros 'se puede abordar en cualquier momento'.El enfrentamiento amenaza con poner fin a años de buenas relaciones entre Acesa e Iberpistas, que son socias a medias en Iberacesa.

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Sobre la firma

Cristina Galindo
Es periodista de la sección de Economía. Ha trabajado anteriormente en Internacional y los suplementos Domingo e Ideas.

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