El asedio a la basílica de Belén termina con la salida de 110 palestinos

Un pacto entre israelíes y palestinos puso fin anoche al asedio de la basílica de la Natividad de Belén, que se ha prolongado durante cinco semanas. Con la ayuda de la mediación internacional, las partes enfrentadas alcanzaron un acuerdo que permite la salida de 110 palestinos de la basílica de Belén donde se hallaban cercados por el Ejército israelí. De ellos, 84 serán puestos en libertad, mientras otros 26 serán enviados a la franja de Gaza. Los 13 restantes, que deben ser deportados, aguardarán en la basílica a que algún país acepte acogerlos. La permanencia de estos 13 militantes, acusados de terrorismo por Israel, será supervisada por Estados Unidos y por la Unión Europea hasta que se encuentre una solución. El Gobierno español manifestó ayer su oposición a acoger a estos 13 milicianos palestinos. Los religiosos franciscanos que administran el templo han mostrado su preocupación por la presencia de estos palestinos armados, aunque Israel se comprometió anoche a no asaltar la basílica.

Por otro lado, el sector duro del Gobierno israelí exigió ayer un castigo ejemplar para Yasir Arafat como represalia por el atentado suicida que el martes se cobró 16 muertos en una sala de fiestas de Rishon el Tzion, una localidad cercana a Tel Aviv. La medida pasa por la expulsión del presidente de la Autoridad Nacional Palestina a un país extranjero. Los ministros más radicales tenían previsto plantear esta cuestión a Ariel Sharon en una reunión del Gabinete que se iba a celebrar a la llegada del primer ministro procedente de Washington, donde se había reunido con el presidente de EE UU, George Bush. En el orden del día figuraba un único punto: la respuesta militar a la nueva oleada de terrorismo palestino.