110 palestinos ultiman su salida del templo de la Natividad tras el acuerdo con Israel
Sólo 13 activistas permanecerán en la iglesia de Belén hasta que algún país acepte acogerlos
Israelíes y palestinos cerraron anoche el acuerdo al que llegaron el pasado domingo para hacer posible la salida de la basílica de la Natividad de Belén de casi todas las personas que permanecían en su interior desde el pasado 2 abril, cuando irrumpieron en el templo ante el avance del Ejército israelí en esa ciudad Cisjordana. Al final, 26 milicianos palestinos serán enviados a la franja de Gaza, 84 civiles serán puestos en libertad y los 13 milicianos que deben ser deportados esperarán en el interior de la iglesia a que algún país acepte acogerlos.
Según confirmaron fuentes palestinas, los milicianos que se desplazarán a Gaza serán internados en una prisión, posiblemente bajo custodia internacional y el más de medio centenar de civiles, en su mayoría vecinos de Belén, serán liberados inmediatamente. Entre los posibles países de acogida de los 13 milicianos se barajaban anoche los nombres de Italia, Egipto y Jordania. Sin embargo, un alto funcionario jordano rechazó tal posibilidad. 'Hemos sido contactados para aceptar a los exiliados, pero nos hemos negado', señaló.
El compromiso alcanzado por todas las partes tiene un punto débil. La situación de los milicianos más duros queda en el aire y durante un tiempo indeterminado se convertirán en los únicos palestinos atrincherados en la iglesia. Fuentes de los franciscanos han manifestado en los últimos días su preocupación ante la posibilidad de que se diera esta situación. Sin embargo, Israel se comprometió anoche a no asaltar la basílica.
A pesar del jarro de agua fría que supuso la negativa de Italia el pasado martes a acoger a los milicianos, durante toda la jornada de ayer prosiguieron los preparativos para la salida de los palestinos. Un detector de metales quedó instalado a unos 50 metros de la puerta de la humillación y los militares israelíes ultimaron con los religiosos católicos y ortodoxos los detalles de la salida. Sin embargo, en el interior de la Natividad la situación anímica había empeorado en las últimas 24 horas hasta el punto de que, según relataron los religiosos desde el interior del templo, se produjeron fuertes discusiones entre milicianos palestinos pertenecientes a Fatah y Hamás. Ésta última organización había rechazado por boca de su líder, Abdel Rantisi, el acuerdo que permite la deportación los13 palestinos. 'Es un verdadero desastre', declaró Rantisi a la televisión de Qatar Al Yazira.
Aunque de los candidatos a la deportación sólo cuatro son de Hamás, sus militantes se han mostrado los más duros desde el comienzo. Esta posición provocó la irritación del cerca de un centenar de civiles palestinos, cada vez más impacientes por abandonar el templo. Entre la población de Belén también había división de opiniones. En la última semana se han producido diversas manifestaciones minoritarias pidiendo a los asediados que se resistan, pero la mayor parte de la población sufre las consecuencias de carestía producida por un toque de queda casi permanente. Fuentes hospitalarias de Belén aseguraron que la situación sanitaria en la ciudad está tan degradada que en cualquier momento pueden producirse brotes de enfermedades contagiosas. Especialmente grave es el caso de los heridos de bala que no han podido salir de sus domicilios y el de los enfermos que necesitan medicación, entre ellos, el superior de los franciscanos de la Natividad, aquejado de diabetes y al que, tras complicadas negociaciones, le fue facilitada la insulina necesaria.
El pasado 2 de abril los israelíes dieron comienzo a un asedio que ha durado 37 días y en el que el Ejército ha practicado la guerra psicológica para lograr la rendición de los atrincherados. Además de vigilar el interior del templo con cámaras de infrarojos, los soldados instalaron potentes altavoces que por la noche emitían sonidos estridentes. Durante el asedio nueve palestinos han muerto por disparos de los francotiradores.
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