González cree que 'está por ver que en el PSOE hay un nuevo proyecto con contenido e ideas'

Felipe González reveló ayer que su candidato para la secretaría general del PSOE en el 35º Congreso del partido no era José Luis Rodríguez Zapatero, que fue el elegido, sino José Bono. Una revelación que quedó eclipsada por esta otra confesión de González: 'Mi estado de ánimo me dice que se ha producido el relevo, que puede ser verdad que hay un segundo Suresnes, pero está todavía por demostrar que hay un nuevo proyecto con contenido e ideas'.

El ex presidente del Gobierno Felipe González hizo esta apreciación delante de quien dirige ese nuevo proyecto, José Luis Rodríguez Zapatero, en la presentación del libro El relevo, escrito por el periodista de Abc Gonzalo López Alba y editado por Taurus. Eso sí, González aseguró en el Círculo de Bellas Artes que tanto él como su sucesor en la secretaría general del PSOE, Joaquín Almunia -sentado en primera fila- están a disposición del nuevo líder socialista.

González y Rodríguez Zapatero elogiaron en la presentación del libro el trabajo realizado por López Alba, periodista especializado en la información relativa al PSOE, por ajustarse a lo que ocurrió en el Partido Socialista desde la dimisión de Joaquín Almunia, el 12 de marzo de 2000, tras la derrota en las elecciones legislativas, hasta el 35º Congreso, realizado en julio de ese año. 'Gonzalo López Alba nos ha intentado explicar y no juzgar, y eso tiene un gran valor moral y político', señaló Zapatero.

Felipe González quiso, al parecer, aprovechar la ocasión para acabar definitivamente con el rumor de que él estuvo detrás de la candidatura de Rodríguez Zapatero y de que éste es su 'delfín'. 'Mi candidato era Bono; Bono no se lo cree, pero mi candidato era él. Lo cual quiere decir que he perdido todas las primarias que se han celebrado en este partido', confesó con humor. González contó que Bono le pidió su apoyo personal, pero también que no lo hiciera público. 'Lo que ocurre es que Bono aguanta mal lo de la sombra', añadió González en alusión a que la difusión de ese apoyo pudiera perjudicar al presidente autonómico.

El ex presidente advirtió de que, en la política y en otros ámbitos, ser joven no garantiza tener creatividad o frescura de ideas. En ese contexto realizó una aseveración que puede desencadenar polémica. 'Mi estado de ánimo me dice que se ha producido el relevo, que puede ser verdad que hay un segundo Suresnes, pero está todavía por demostrar que hay un nuevo proyecto con contenidos e ideas', afirmó. Al finalizar el acto, el ex presidente dijo a Zapatero que tanto él como Almunia están a su disposición.

Zapatero discrepó de que el proyecto que él representa pueda ser definido como un 'segundo Suresnes [congreso en el que los socialistas renovaron, en 1974, el PSOE y pusieron al frente del partido a Felipe González]. Yo no lo creo', dijo Zapatero. Éste resaltó que los actuales dirigentes socialistas han nacido en democracia y no han tenido las vivencias de la dictadura. Esto les permite, explicó, mantener con naturalidad relación 'con personas de otros partidos y de otras ideologías'.

El líder del PSOE no dio síntomas de alteración por las palabras críticas de González, que sí hicieron mella en otros miembros de la Ejecutiva. A algunos les parecieron inoportunas, y a otros les resultaron incompresibles. Entre las personas más proxímas al ex presidente no había ese nerviosismo porque les consta, dijeron, que González es 'el primer colaborador' de Zapatero. El propio líder socialista dio la razón a González al decir que nunca sintió que fuera su 'delfín' y relatar que le conoció dos meses antes del 35º congreso. 'Después, hemos recuperado el tiempo con largas e intensas conversaciones', añadió Zapatero. El líder socialista se mostró comprensivo con que González apostase por Bono porque se debatía, como otros socialistas, 'entre la seguridad y el riesgo', si bien al final venció 'el deseo de cambio del partido'.