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Rugova culpa a Milosevic ante el Tribunal de La Haya de la destrucción de Kosovo

Primer careo judicial entre el líder albanokosovar y el ex presidente yugoslavo

Isabel Ferrer

Fiel a su imagen de académico algo despistado, pero alerta a la hora de defender sus convicciones, Ibrahim Rugova, presidente de Kosovo, acusó ayer al ex presidente de Yugoslavia Slobodan Milosevic de haber planeado la destrucción de la provincia serbia por medio de la guerra. Convocado como testigo de la fiscalía ante el Tribunal Internacional Penal para la Antigua Yugoslavia (TPIY), el político albanés aseguró también que sus polémicas entrevistas con el acusado, durante las guerras de los Balcanes, le fueron impuestas para desacreditarle.

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Con su característico pañuelo de seda anudado al cuello y un jersey rojo debajo de un traje negro, Rugova leyó sereno por la mañana su testimonio. No miró a Milosevic, quien prefirió observar el techo y bostezar cuando Rugova aseguró que la ruina de Kosovo se fraguó despojando primero a la población albanesa de sus derechos. 'En 1993, unos 150.000 ciudadanos perdieron su empleo por culpa de su etnia. Luego le llegó el turno a los medios de comunicación en albanés. La radio y la televisión fueron cerradas, y los periodistas, echados a la calle', dijo.

En uno de los momentos más esperados de su declaración, Rugova aseguró que le impusieron con amenazas sus tres polémicos encuentros con Milosevic en 1999: 'No quería ir y me dijeron que me atuviera a las consecuencias si desairaba al líder serbio'. Las visitas fueron filmadas por la televisión, y una de ellas, la efectuada el 1 de abril de ese año tras los primeros bombardeos de la OTAN, fue muy criticada en Pristina, la capital de la provincia autónoma. 'Hubo un comunicado conjunto. Lo rechacé, pero no tuve más remedio que emitirlo', afirmó Rugova.

Al día siguiente de su última cita, el 4 de mayo, Milosevic le autorizó a viajar a Italia con su familia. Rugova no ocultó haber temido por su seguridad y la de los suyos, pero no por ello se convirtió en colaboracionista de los serbios. Esta teoría está alimentada por Milosevic, que asegura haberle salvado la vida al apartarlo de los extremistas albaneses.

Pacifista convencido y apodado el 'Gandhi de los Balcanes', el partido que fundó en 1989, la Liga Democrática de Kosovo (LDK), acabó siendo tildada de demasiado blanda por los independentistas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). Cuando el ELK pasó a la acción en 1998, después de que los acuerdos de Dayton de 1995 dejaran sin resolver el conflicto de Kosovo, Milosevic aprovechó para lanzar su ofensiva. En La Haya, Milosevic sostiene siempre que luchó contra el terrorismo. Testigos de la acusación que han declarado desde febrero afirman que la expulsión de 800.000 albaneses, entre 1998 y 1999, se debió a la persecución indiscriminada y la limpieza étnica.

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Durante el careo, Milosevic aprovechó para preguntarle a Rugova si consideraba a la guerrilla albanesa una organización terrorista. 'Eso es pura propaganda. Se revolvieron contra la represión para recuperar las libertades de nuestro pueblo', le contestó Rugova. Con las gafas en la mano y agitando sus notas, Milosevic insistió. No le parecía a su oponente que había sido un títere en manos de las potencias occidentales. 'La comunidad internacional salió en nuestra defensa y de los derechos humanos. Estaban en contra de las masacres perpetradas por Belgrado y por usted', le contestó Rugova, que sólo le miró en una ocasión. Fue para añadir que Kosovo 'es de los kosovares y Belgrado tiene que dejarlos en paz de una vez'.

Albanokosovares siguen en un local de Pristina el testimonio de Rugova ante el Tribunal de La Haya.
Albanokosovares siguen en un local de Pristina el testimonio de Rugova ante el Tribunal de La Haya.REUTERS

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