Chirac y Le Pen agotan sus últimos cartuchos
El líder del Partido Socialista critica al presidente por su pasividad ante el avance de la ultraderecha
Los dos candidatos al Elíseo, el neogaullista Jacques Chirac y el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, dieron ayer sus últimos mítines de campaña, tras la enorme movilización del Primero de Mayo contra la extrema derecha en Francia. Las impresionantes manifestaciones que movilizaron a más de 1,3 millones de personas en decenas de ciudades francesas, de las cuales unas 400.000 marcharon en París, dejaron 'totalmente indiferente' a Le Pen, según dijo el propio líder ultraderechista en su mitin del miércoles.
El presidente candidato Jacques Chirac se dio ayer en Villepinte (afueras de París) el último baño de masas de su campaña electoral. Después tenía previsto ofrecer una entrevista televisada y hoy protagonizará un 'encuentro-diálogo' en Chalons-en-Champagne (noreste). 'Chirac es muy consciente de su responsabilidad histórica', subrayó ayer el ex primer ministro neogaullista Alain Juppé. Según él, el 'combate' contra la ultraderecha 'no terminará el 5 de mayo', pues 'no basta con asegurar la victoria de Jacques Chirac, hay que ir más allá y darle los medios para gobernar con mayoría'.
'Si caemos de nuevo en una cohabitación será una nueva victoria para Le Pen', advirtió Juppé, quien lanzó un llamamiento al presidente de la centrista UDF, François Bayrou, a que se sume a la Unión por la Mayoría Presidencial (UMP), partido impulsado por Chirac tras la primera vuelta de las presidenciales el pasado 21.
Juppé, que se alegró del 'buen signo de vitalidad' que la sociedad francesa demostró el miércoles en las calles, salió al paso de las críticas por la ausencia de la derecha en esas manifestaciones contra Le Pen, pues 'lo eficaz es ir a votar'.
Esa ausencia e incluso la condena de los conservadores a las marchas de protesta es 'incomprensible' para el primer secretario del Partido Socialista (PS), François Hollande. Hollande, quien encabezará el cartel socialista en las elecciones legislativas del próximo junio, lamentó que la derecha se haya comportado 'como si no fuese su combate', como si fuera más importante 'preparar sus pequeños arreglos para las legislativas y sus pequeños cálculos para la composición del Gobierno'.
Si gana Chirac, algo que se da por seguro, ese Ejecutivo se formará el próximo lunes o martes, dijo Juppé, sin dar pistas. En el caso improbable de que sea elegido, Le Pen avanzó ayer los nombres de sus primeros ministrables. Se trata de su 'mano derecha', Bruno Gollnisch, pero no descarta lanzar el anzuelo al ex primer ministro, el neogaullista Edouard Balladur, al centrista Bayrou o al liberal Alain Madelin. Hábil en el arte de sembrar cizaña, Le Pen esbozó recientemente la teoría del 'complot maquiavélico' de Chirac, quien habría hecho 'chanchullos' para eliminar al primer ministro saliente, el socialista Lionel Jospin, en la primera vuelta por el supuesto temor de que este último le ganase en la segunda vuelta.
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