Denuncia contra una constructora por entregar 48 pisos llenos de desperfectos
Los propietarios pagaron de 40 a 50 millones de pesetas por la vivienda
Dos meses después de estrenar sus pisos, por los que han pagado entre 250.000 y 300.000 euros (40 y 50 millones de pesetas), los 53 dueños de otras tantas viviendas de nueva construcción dicen que no aguantan más. Excepto cinco propietarios a quienes la constructora les entregó los pisos en condiciones, los 48 restantes denuncian que desde el primer día han tenido que afrontar un sinfín de problemas: humedades, escapes de agua o entrada de agua del exterior, y critican la pésima calidad de los productos y los acabados. Los pisos están en la calle de Castella del barrio barcelonés del Poblenou y han sido levantados por el Grupo Lar.
La versión de los dueños de las viviendas, estrenadas entre enero y febrero, difiere completamente de la dada por Roberto Blanco,responsable de operaciones de la promotora de las viviendas, el Grupo Lar, que contrató la construcción de los pisos a Ferrovial-Agroman. Lar considera que se están respetando los plazos habituales de posventa y niega que la calidad de los acabados sea inferior a la contratada.
En cambio, la mayoría de los dueños de los pisos, comprados sobre plano, tienen una abultada lista de desperfectos o desacuerdos como, por ejemplo, plazas de aparcamiento más pequeñas que las contratadas, fugas de agua que han dañado el parqué, por lo que han tenido que cambiarlo parcialmente, lavaderos por los que entra el agua a chorro cuando llueve y duchas de hidromasaje de las que sólo sale agua fría.
El descontento es mayúsculo entre los vecinos porque, cuentan, desde que se instalaron no han parado de tener sobresaltos.
Ducha fría en febrero
Javier Hidalgo vive en un quinto piso y tiene el techo de la cocina con grandes manchas oscuras producidas por el humo procedente de las cocinas de los vecinos de abajo, que se filtra por la pared a su casa. La primera sorpresa la tuvieron él y su mujer el primer día que entraron en su flamante hogar de 78 metros cuadrados -por el han pagado 246.400 euros (41 millones de pesetas)-, ya que la puerta principal sólo se abría 40 centímetros porque el parqué del vestíbulo se había levantado. En pleno febrero vieron que la calefacción no funcionaba y estuvieron ellos y su bebé pasando frío durante las dos semanas que tardaron en repararla. Su fantástica cabina de hidromasaje, que les costó 3.000 euros (500.000 pesetas), no funcionaba y tuvieron que ducharse durante días con agua fría.
El acceso al aparcamiento no tiene vado, por lo que se ven obligados a superar un bordillo de considerable altura cada vez que entran y salen del mismo.
Ángel Moros es otro propietarios que explica y no acaba de relatar las deficiencias que ha encontrado en su piso, que le costó 240.000 euros. En el recibidor y en el baño tiene humedades producidas por un escape y le han tenido que cambiar el parqué de la mayor parte del comedor. Su plaza de aparcamiento es tan justa que se las ve y se las desea para abrir la puerta del coche porque choca con un pilar. Otro vecino que ha cambiado el coche por otro modelo algo mayor no puede aparcarlo porque no le entra en la plaza.
Los dueños están impacientes y critican la lentitud con la que la constructora efectúa las reparaciones. Por su parte, Blanco expresó a este diario que no le consta el enfado de sus clientes ni tampoco que hayan presentado listas de desperfectos. El portavoz de la promotora comenta que una semana antes de que los dueños firmaran la escritura unas azafatas les enseñaron con toda amabilidad los pisos limpios y en condiciones. No entiende por qué firmaron las escrituras si los encontraron, según dicen, llenos de desperfectos y de suciedad.
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