La posición de España puede ahondar la crisis con Rabat

El papel desempeñado por el representante español en la reunión, en Nueva York, de los cinco países que siguen más de cerca el asunto del Sáhara puede ahondar aún más el contencioso entre España y Marruecos, según reconocen fuentes diplomáticas españolas.

Por primera vez desde que estalló el conflicto, EE UU se ha mostrado claramente favorable a la tesis marroquí de reconocer su soberanía sobre el territorio de la ex colonia española al que Rabat concedería una autonomía. El Reino Unido defiende también ahora esta opción.

Francia es partidaria desde hace tiempo de resolver el contencioso otorgando una mera autonomía al territorio en disputa. Durante su última visita a Rabat, el presidente Jacques Chirac utilizó la terminalogía marroquí -habló de 'las provincias del sur'- cuando se refirió al Sáhara.

La única voz discrepante en el llamado 'grupo de amigos' ha sido, junto con la de Rusia, la de España. El representante español pidió que en el proyecto de resolución que preparaba EE UU se hiciese una mención positiva al plan de arreglo y su consiguiente referéndum y que no se imponga una solución que los contendientes no acepten.

Aunque está dispuesto a discutir sobre la partición del territorio, el Polisario sigue apegado al referéndum -que también cuenta con el respaldo de Argelia- y rechaza la autonomía.

Entre las motivaciones que incitaron a Mohamed VI a llamar a consultas, hace seis meses, a su embajador en Madrid, figura en buen lugar la postura española sobre el Sáhara. Rabat reprochaba entonces al Gobierno español abortar, en el marco de la Unión Europea, una iniciativa francesa favorable a sus intereses y permitir la celebración en Andalucía de un seudo referéndum sobre la independencia del Sáhara. 'Es posible que nos intenten pasar ahora de nuevo factura por nuestra actitud', advierte un diplomático español.