Comedia musical histórica
El gran guionista Rafael Azcona es conocido, en especial, por sus geniales películas escritas para los directores Marco Ferreri y Luis G. Berlanga, pero también por las realizadas para el realizador José Luis García Sánchez. Desde que hacen La corte del faraón (1985), en los siguientes 17 años han hecho juntos otras 10 irregulares películas, pero han logrado una apreciable compenetración.
Tras el éxito de la trilogía integrada por Suspiros de España (y Portugal) (1995), Siempre hay un camino a la derecha (1997) y Adiós con el corazón (2000), que da una dura visión de la actualidad española a través de la misma pareja de personajes, con La marcha verde comienzan la realización de, en claro homenaje a Pérez Galdós, una especie de nuevos Episodios nacionales sobre algunos de los más destacados sucesos de los últimos años de la historia de España.
LA MARCHA VERDE
Director: José Luis García Sánchez. Intérpretes: Fedra Lorente, Álvaro de Luna, Pepón Nieto, Inma del Moral. Género: comedia musical. España, 2001. Duración: 90 minutos.
La primera entrega es La marcha verde, una peculiar comedia musical histórica. El telón de fondo son los sucesos ocurridos en 1975, mientras el general Franco agoniza y los marroquíes organizan la marcha verde para ocupar pacíficamente el Sahára. Una guarnición de tropas españolas destinadas en la colonia africana se aburren por tener órdenes de permanecer a la expectativa, según unos para defender los territorios de los marroquíes y, según otros, para que las ricas minas de fosfatos sean para España. Cuando esperan la visita del príncipe Juan Carlos, jefe del Estado en funciones, aparece una compañía de revistas para elevar la moral de la tropa. Lo que da lugar a una serie de intrigas de tipo erótico sentimental entre los militares y las distintas vedettes de la peculiar compañía.
Dividida en tres actos y una apoteosis necrológica con final feliz, La marcha verde parte de una buena idea, la historia particular que se desarrolla sobre el fondo de unos importantes acontecimientos históricos generales, pero no acaba de estar conseguida. Falta alguna información histórica más, la acción tarda demasiado en comenzar y, en especial, tiene un exceso de canciones, que quitan demasiado tiempo al desarrollo de las múltiples historias entrecruzadas. Además, da la impresión de que José Luis García Sánchez no se ha tomado muy en serio a sus personajes y el conjunto tiene un excesivo aire cómico, carece de la seriedad que deben tener las buenas comedias.
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