Espinosa: 'Conocer Afganistán me dio otra visión de la guerra'
La periodista de EL PAÍS recuerda la opresión de la mujer con los talibán
Ángeles Espinosa (Logroño, 1963) se enteró ayer del fallo del premio Ortega y Gasset de Periodismo en Ras Al Khaimah, en los Emiratos Árabes. No se encontraba en misión periodística sino de vacaciones tras haber cubierto el reciente conflicto en los territorios ocupados de Oriente Próximo. El premio reconoce su trabajo en la guerra de Afganistán, país que la periodista ya conocía. 'Eso me dio otra visión de la guerra', señala.
'Ha sido una sorpresa tremenda', dijo ayer Ángeles Espinosa, sin poder ocultar su satisfacción por el premio y también por el hecho de que su candidatura fuera presentada por el escritor y periodista paquistaní Ahmed Rashid, autor del libro Los talibán, que ha sido traducido a 22 idiomas desde el 11 de septiembre y ha vendido 850.000 copias en todo el mundo. Rashid trabaja en el Daily Telegraph en Pakistán y para la publicación Far Eastern Economic Review. También la Asociación de la Prensa de La Rioja ha apoyado la candidatura 'por su intensa y sensible participación informativa en la actualidad mundial de la última década, acrecentada de forma sobresaliente en el último año'.
'A través de sus excelentes artículos ha situado Pakistán y Afganistán en el mapa para los lectores españoles', señala Rashid en la carta en la que solicita el galardón para la reportera de EL PAÍS. 'No conozco a otro periodista español que haya hecho más para educar al público sobre la situación actual', añade. Durante la guerra en Afganistán, Rashid, uno de los mayores especialistas en la zona, colaboró con EL PAÍS y La Vanguardia.
Ángeles Espinosa devolvió ayer los elogios a Rashid y recordó las condiciones en las que trabajan los periodistas en Afganistán. Para romper el tópico dijo que las periodistas occidentales gozan en los países árabes de 'privilegios' respecto a los hombres a la hora de abordar la información: 'Las mujeres locales suelen tener un papel postergado en esas sociedades. Pero las periodistas occidentales tenemos acceso a los hombres, que son la parte pública de la sociedad, los gobernantes. Incluso me ha concedido una entrevista el ministro de Exteriores de Arabia Saudí, uno de los países más cerrados del mundo. Pero en estas sociedades hay otra mitad femenina a la que no tienen acceso nuestros colegas masculinos'. De su trabajo en Afganistán asegura que su ventaja fue conocer el país antes de que EE UU lanzara los bombardeos tras los sucesos del 11 septiembre.
'Estuve en mayo del año pasado, como periodista de El PAÍS y vi la situación terrible del régimen talibán, cuyo subdesarrollo social estaba ahogando las esperanzas de 22 millones de habitantes. En noviembre llegué a Kabul y eso me dio otra visión de la realidad', dice.
Tras la guerra comprobó que la gente 'recuperaba la calle y tenía ilusión por ver lo que iba a pasar, pero esa esperanza parece que se va defraudando'. Recuerda que uno de los hechos más ultrajantes de la época talibán fue la prohibición de educar a las niñas. Por eso elogia la labor de las mujeres que 'de forma clandestina y jugándose la vida' se dedicaban a prestar con una pizarra y una tiza una formación básica.
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