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EE UU sugiere a Garzón que si quiere interrogar a Kissinger lo solicite a Washington

Londres no puede obligar al ex secretario a declarar si éste se niega

La Unidad de Extradición del Ministerio del Interior británico comunicó ayer al juez Baltasar Garzón, a través de Interpol, que su petición de tomar declaración al ex secretario de Estado de Estados Unidos Henry Kissinger en Londres no podrá llevarse a cabo. Según el mensaje, el Ministerio del Interior británico se puso en contacto con el Departamento de Estado de EE UU para informarle de la petición del juez español. Dicho departamento contestó que Henry Kissinger fue asesor de Seguridad Nacional entre los años 1969 y 1973 y secretario de Estado de 1973 a 1977 y que ha decidido no autorizarle a declarar en Londres, según pedía el juez Garzón, sobre los crímenes de la dictadura del general Augusto Pinochet.

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Las autoridades del Reino Unido señalan que la ley británica no puede obligar a declarar a un testigo que se niega a hacerlo, como es el caso de Kissinger, lo que hace impracticable la solicitud del juez.

La comunicación, empero, añade que las autoridades norteamericanas han señalado que si la petición de tomar declaración se dirige a Estados Unidos, la respuesta podría ser diferente.

Fuentes jurídicas consultadas ayer dijeron que el juez dirigirá, a partir de esta respuesta, una comisión rogatoria a Estados Unidos para tomar declaración a Kissinger. De ese modo se podrá verificar, dijeron las fuentes, si la sugerencia de las autoridades norteamericanas a las británicas, contenida en la comunicación enviada ayer por Londres, es un mero acto de cortesía o permite dar algún paso hacia la declaración de Kissinger.

El juez Garzón, tras conocer por la acusación particular y popular personada en la causa que Kissinger tenía previsto el próximo jueves 24 dar una conferencia en un evento organizado por el Instituto de Directores en el Royal Albert Hall, pidió el pasado 18 de abril al Ministerio del Interior británico la asistencia judicial para poder interrogar a Kissinger en relación con los crímenes cometidos por la dictadura de Augusto Pinochet en Chile. Garzón envió un largo cuestionario donde incluyó preguntas sobre la llamada Operación Cóndor, una red de inteligencia y represión de opositores establecida por varias dictaduras latinoamericanas en 1975 y 1976.

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Una juez francesa, Anne-Sophie Chateau, por su parte, también solicitó la asistencia del Reino Unido para interrogar al ex secretario de Estado.

Kissinger fue asesor de Seguridad Nacional primero y secretario de Estado más tarde en la presidencia del republicano Richard Nixon. En 1971, Kissinger elaboró un plan para impedir que el presidente electo, Salvador Allende, asumiera la presidencia de Chile en octubre de 1971, plan que culminó con el asesinato del comandante en jefe del Ejército chileno, el constitucionalista René Schneider.

Más tarde, en 1972 y 1973, Kissinger llevó a la Administración de Nixon a respaldar la desestabilización del Gobierno constitucional de Allende, proceso que desembocó el 11 de septiembre de 1973 en el golpe militar del general Pinochet.

Kissinger apoyó, en nombre de la lucha contra el comunismo, a la junta de Pinochet, que, a través de su policía secreta, la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), organizó en Washington, en septiembre de 1976, el asesinato del ex canciller chileno Orlando Letelier.

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