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Reportaje:Aulas

Agricultura solidaria

Una treintena de alumnos aprende en la maestría de la UNIA en Baeza técnicas para hacer viables proyectos de agroecología

Una treintena de alumnos procedentes de distintos países estudian durante dos meses en la sede de Baeza de la Universidad Internacional de Andalucía la forma de hacer viables proyectos de agroecología. La VI Maestría en esta materia y Desarrollo Rural Sostenible, que dirigen los catedráticos Eduardo Sevilla y Manuel González, ayuda a los participantes a realizar proyectos que se puedan ejecutar en la práctica. Clases teóricas y contenidos prácticos se conjugan para que los alumnos puedan disponer dentro de dos años de un título de maestría, que se encuentra a caballo entre la licenciatura y el doctorado.

El argentino Antonio Luis Lattuca, ingeniero agrónomo de 52 años, y el italiano Giovanni Galanti, con la misma profesión y 27 años, son dos de los participantes en esta maestría, una titulación poco conocida en España pero muy desarrollada en el mundo anglosajón. Ellos pretenden realizar proyectos agrícolas en los que no se utilicen productos químicos, en los que se usen los potenciales locales para no depender de las multinacionales, 'que son las que han llevado al fracaso a millones de agricultores', según Eduardo Sevilla. Se pretende así generar sistemas alternativos, con menos impacto sobre el medio ambiente y con mecanismos que no vayan degradando la tierra.

'Buscamos elaborar programas agrícolas que no necesiten usar productos químicos'

Los alumnos han tenido que pasar una fuerte prueba de selección para participar en esta sexta edición de la maestría. Tanta demanda está teniendo que se ha programado para convocar plazas cada dos años y la continuidad está ya garantizada. Este año sólo hay cuatro participantes españoles, el resto son latinoamericanos esencialmente y europeos. Los profesores llegan desde universidades españolas, de California, Holanda, Suiza, Suecia y Méjico.

Luis Lattuca trabaja sobre un proyecto que el catedrático Sevilla destaca como 'especialmente útil' basado en la generación de huertos ecológicos comunitarios de agricultura urbana utilizando el movimiento argentino de los piqueteros, grupos argentinos de nuevos pobres afectados por la crisis que como medidas de protesta cortan los accesos a las grandes ciudades. Muchos de ellos proceden del campo, son agricultores y pueden experimentar con la agricultura urbana utilizando espacios ociosos de las ciudades o sus propias casas.

Lattuca ya trabajó en una experiencia similar con el apoyo del Ayuntamiento de Rosario y de una ONG. La idea es utilizar tierra de las ciudades que se tendría que reciclar y limpiar de basuras, pero como contrapartida y de forma gratuita tienen acceso al agua y un buen clima que ayuda a la reproducción de las cosechas. 'Incluso se piensa en hacer una feria para que puedan intercambiar sus productos'.

En Argentina ahora están en auge los clubs de trueques en los que la gente intercambia productos, elemento que sería fundamental para que además de poder autoabastecerse tengan la posibilidad de acceder a otros productos. 'En la maestría tenemos que analizar si estos grupos pueden desarrollar esta actividad, porque el auténtico objetivo es que lo lleven a la práctica. Tenemos los conocimientos técnicos, hemos conseguido hacer un proyecto teórico y estamos convencidos de que podemos conseguir financiación'.

Galanti comenzó en 1999 realizando una tesis sobre agricultura orgánica y desde entonces no se ha 'sacado' de encima el interés por fomentar un tipo de producción de alimentos que sea respetuosa con el medio ambiente y que permita la supervivencia de agricultores lejos de las redes comerciales y de los controles de grandes grupos. Explica que la agroecología le interesa porque es una ciencia que además de del componente técnico tiene un elemento social que busca 'la equidad, la redistribución de la riqueza y utiliza herramientas para conseguir un desarrollo sostenible'.

Le impresiona el gran desarrollo que ha tenido esta actividad en los últimos diez años y recuerda que en su país hay ya un millón de hectáreas dedicadas a este tipo de cultivo. En España, según datos aportados por Eduardo Sevilla en el año 2000 había 70.000 hectáreas de agricultura ecológica, 6.000 más que el año anterior. 'Sólo que en España apenas hay demanda y la mayoría de las cosechas las exportamos a países como Alemania, donde sí hay un auténtico interés por los productos que no tienen componentes químicos'.

Demanda latinoamericana

La sede de Baeza de la Universidad Internacional de Andalucía se ha especializado en la formación y estudio de temas relacionados con el mundo agrario. La celebración de los master en agroecología comenzó como una experiencia piloto que se ha tenido que extender en sucesivos años debido a la elevada demanda que tiene de participantes, fundamentalmente, de América latina. Este año son 30 alumnos procedentes de once países (Argentina, México, Chile, España, Colombia, Brasil, Panamá, Perú, Bolivia, Costa Rica e Italia) que cuentan con el asesoramiento de 35 expertos internacionales en agroecología. Junto a las clases teóricas los participantes están acudiendo a conocer de cerca experiencias que ya se están desarrollando en la práctica, como la finca Repla, en la sierra de las Yeguas (Sevilla), donde han conocido una de las principales reconversiones de cultivo convencional a cultivo ecológico que se han realizado en España. Otra de las visitas se ha centrado en conocer el manejo ecológico del olivar, para lo que los participantes en la maestría realizaron un desplazamiento hasta el valle de los Pedroches (Córdoba), en el que se desarrolla una experiencia cooperativa que comenzó hace cinco años un pequeño grupo de agricultores y que en este momento exporta aceite ecológico a diversos países de Europa. Estas experiencias que ya se han convertido en alternativas económicas rentables están sirviendo de base para la constitución de sistemas agrícolas alternativos, un elemento clave en el diseño endógeno de métodos de desarrollo rural sostenible.

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