El deber del diálogo

(...) La huelga general del martes ha premiado a Cgil, Cisl y Uil. La prueba de fuerza ha sido un éxito. Pero sería un error si los líderes de los tres sindicatos la vivieran como un triunfo que marcara una época. Y aún más erróneo sería que Berlusconi la devaluara como si hubiera sido un fracaso total. (...) Aunque Cofferati espera que 'después de esta huelga cambien muchas cosas', pero no hay indicios de tal cosa. Berlusconi suaviza el tono, pero confirma la sustancia: diálogo social, sí, pero las reformas continúan. (...) La contienda es paralizante y está llena de equívocos. El primer equívoco es considerarla una huelga 'política'. (...) A no ser que se considere comunistas a 13 millones de trabajadores, el motivo de esta huelga es sólo 'sindical'. (...) El segundo equívoco es el de liquidar la huelga como un enfrentamiento entre conservadores y reformistas. (...) Pero la propuesta de Berlusconi respecto al artículo 18 no es una reforma. Es una medida parcial, extemporánea e incorrecta. (...) Hoy se puede desmantelar alegremente el patrimonio sindical (...) arrojando por la borda al mismo tiempo Europa y la concertación social. Y si esto es lo que pretende el Gobierno, debe aclarar qué modelo alternativo de sociedad propone. (...) Pero si no es así, Berlusconi tiene ahora una gran oportunidad de reanudar el diálogo con el sindicato. Y si no quiere dar marcha atrás sobre la modificación del artículo 18, subordine esa modificación a una verdadera reforma del Estado de bienestar. (...)

Massimo Giannini

Roma, 17 de abril