Aznar dice que el PSOE se 'arruga' y que el PNV 'camufla' a Batasuna
'¡Basta ya de brazos, pasamontañas y santuarios políticos!'
José María Aznar prosigue en su campaña de meter la mayor presión política sobre el PSOE para que no se desmarque de la negociada reforma de la Ley de Partidos Políticos. Ayer, en un acto en Madrid, imputó a los dirigentes socialistas que 'se arrugan un poco' por sus dudas jurídicas sobre ese proyecto y para que el Gobierno del PP no se beneficie electoralmente de esa iniciativa. Al PNV y a Xabier Arzalluz les acusó de 'camuflar pistolas bajo los escaños' y de caer en la 'perversión democrática' de amparar a Batasuna.
El Gobierno está muy motivado para aprobar cuanto antes la nueva Ley de Partidos Políticos que persigue la ilegalización de Batasuna. El borrador del proyecto se negoció un par de horas con el PSOE en el Ministerio de Justicia el 21 de marzo y se ha tratado bilateralmente con CiU y Coalición Canaria. El Ejecutivo espera el apoyo de los nacionalistas catalanes y canarios, pero quiere a toda costa el de los socialistas, para no romper la unidad del Pacto Antiterrorista y porque entiende que no pueden separarse en este punto los dos únicos partidos con opciones de gobernar.
El PSOE, que aquella noche valoró la filosofía del documento, observa problemas técnicos y legales en el texto redactado por el Gobierno, especialmente en la posibilidad de que 50 parlamentarios (senadores o diputados) puedan instar la ilegalización de un partido ante una sala especial del Tribunal Supremo. Pero Aznar no quiere escuchar ahora esos reparos. Sostiene que el PSOE ha cambiado un acuerdo ya alcanzado y que debe explicar ese supuesto giro.
Antes de su intervención estelar ayer en el acto España avanza, programado por el PP para conmemorar los dos años transcurridos de legislatura, el coordinador de Organización del partido, Pío García Escudero, puso nombres a las razones del cambio de José Luis Rodríguez Zapatero sobre este punto. Emplazó al líder del PSOE a decantarse 'entre las presiones internas de Felipe González, Pasqual Maragall y Odón Elorza' para que no firme ese pacto y las de 'Juan Carlos Rodríguez Ibarra y José Bono' para que lo suscriba.
'Escuchar cosas raras'
Aznar enumeró en cuatro los proyectos básicos puestos en marcha por su Gobierno desde el XIV Congreso Nacional del PP de enero y situó la Ley de Partidos en primer lugar. Constató que después de tantos años de terrorismo sigue 'escuchando cosas raras'. Por ejemplo, que haya gente que no vea bien actuar contra terroristas que 'utilizan la legalidad para destruir el Estado de Derecho y la perversión inaceptable de usar la democracia para cargarse la democracia'.
Aznar mezcló deliberadamente sus ataques a los miedos legalistas del PSOE con duras y claras invectivas contra el PNV. A los nacionalistas les reprochó que siempre aducen que es 'inoportuno' por 'razones tácticas o electorales' querer deslegalizar y evitar facilidades a Batasuna. A los líderes del PNV les pidió 'dos minutos de reflexión' sobre la 'perversión democrática' de plantearse, como ha anunciado Xabier Arzalluz, recurrir contra la ilegalización de Batasuna ante el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo, y corroboró el dato de que en el Parlamento vasco un terrorista está precisamente en la comisión de Derechos Humanos.
El presidente del Gobierno advirtió luego a los nacionalistas: 'Se trata de acabar definitivamente con las máscaras. ¡Basta ya de camuflar pistolas bajo los escaños, en los parlamentos o en los ayuntamientos! ¡Basta ya de señalar las víctimas sentado cómodamente en un sillón municipal y, además, recibiendo subvenciones! ¡Basta ya de acompañar los programas electorales con cartas bomba1! ¡Basta ya de brazos y pasamontañas políticos y basta ya de cualquier santuario político e institucional!'.
Al PSOE, Aznar le emplazó a comportarse como el PP: 'Somos un partido de palabra, coherentes. Se puede estar de acuerdo o no con nosotros, pero todo el mundo sabe lo que defendemos y pretendemos. Lo que se acuerda y se pacta se cumple. Y si alguien que ha pactado, acordado, la reforma, quiere cambiar de opinión, que lo diga, pero que no impute a los demás sus cambios injustificadamente'.
Aventuró, en esa línea, que el PSOE está tentado a oponerse a esa reforma 'sólo por el hecho de que es una iniciativa del Gobierno'. Incluso parafraseó esa presunta estrategia: 'Antes tuertos que con usted'. Y se hizo una pregunta retórica para poner contra las cuerdas a los socialistas y acusarles de 'arrugarse' en contra de lo que demandan sus votantes y los del PP: '¿O es que lo que se nos propone es seguir así 20, 15, 10 años más, mirando a otro lado o escondiendo la cabeza debajo del ala?'.
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